Algunos refranes dicen que «Al mal tiempo, buena cara» y que «Nadie sabe lo que tiene, hasta que lo pierde». Según Donna J. Abernathy «El aprendizaje en línea no será la siguiente gran cosa, es la gran cosa ahora».
Incontables son las expresiones de desesperación, ansiedad, temor y miedo por parte de los padres al saber que se avecina el inicio del Año Escolar de forma virtual. Son muchos los progenitores que se auto interrogan de la manera siguiente: ¿Quién ayudará a mis hijos cuando tenga que salir para mi lugar de trabajo? ¿Cómo le ayudo si no tengo dominio de eso que llaman «Tecnología»? ¿Tendré que pagarle a una persona para que acompañe a mi hijo mientras trabajo? ¿Qué pasará con mi trabajo si no tengo quien cuide de mis hijos? ¿Tendré que abandonar mi trabajo o tendré que elegir entre mis hijos o mi trabajo? ¿Cómo cumpliré con mi compromiso de trabajo y al mismo tiempo apoyare a mis hijos con sus necesidades escolares? Otras preguntas que se hacen algunas madres Solteras son ¿Cómo podrán acompañar a sus hijos con sus asignaciones durante las clases virtuales si nunca fueron a una escuela?
Al doblar la esquina se encuentra la apertura del Año Escolar y aun gran parte de los estudiantes no han obtenido su dispositivo tecnológico, llámese: Laptop, netbooks, tabletas, para recibir sus clases, siendo esto un indicador que genera estrés en los actores del proceso educativo, en especial en los padres y docentes.
Según la Enciclopedia colaborativa en la red cubana, la educación virtual es una estrategia educativa que proporciona el uso de la información y que posibilita la aplicación de nuevos procedimientos pedagógicos orientados al desarrollo de aprendizajes significativos, los cuales están centrados en el estudiante y en la participación. Por otro lado, Loaza (2002), define educación virtual como: Un paradigma educativo que compone la interacción de las cuatro variables: el maestro y el alumno; la tecnología y el medio ambiente». La educación virtual ha venido a modificar los vínculos familiares, los pensamientos y sentimientos, los hábitos y costumbres de las familias de todo el mundo, es especial la familia dominicana, ocasionando puntos de vistas a favor, pero también en contra relacionados con el nuevo modelo que ofrece la educación virtual.
Situaciones como las preocupaciones que manifiestan los padres al no saber qué pasará en sus hogares ni en sus vidas con el inicio de las clases, ni el haber adquirido los equipos tecnológicos no ofrecen la Garantiza Emocional que necesitan los hijos en tiempos de pandemia; es primordial y fundamental que el discente se sienta confortable emocionalmente, de esta manera se sentirá motivado para la ejecución de las asignaciones escolares.
Cabe resaltar que el aislamiento social por el COVID-19 ha originado en los miembros del hogar diferentes estados de ánimo, tales como sentimientos de ansiedad, angustia, estrés y porqué no el miedo…siendo estos manejados por el seno familiar en el cual habita; padres que han tenido que contrarrestar el nuevo desafío del COVID-19. En el centro educativo es donde los estudiantes profundizan las normas, pero con el apoyo de la familia pueden alcanzar resultados provechosos. Lo significativo es que la familia se empodere del papel que juega en la vida de estos. Es importante la integración de los padres para que sus hijos continúen estudiando desde sus hogares y sin importar que sea a través de la televisión, la radio o la internet, pero que el estudiante se sienta apoyado y que de esta manera pueda aprender.
«No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda, y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños. Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque cada día es un comienzo nuevo, porque esta es la hora y el mejor momento». Mario Benedetti