Bendiciones, gracias por apartar este tiempo para ser edificado en la fe y permitirme compartir contigo este mensaje que se que cambiará la forma en la que ordenas tus prioridades para darle un lugar aun mayor a los planes de Dios para tu vida.
Para poder comenzar a vivir la vida de Dios o la vida que Dios quiere que vivamos debemos primero revisar y luego reconocer qué tipo de vida estamos nosotros viviendo. Hoy en día las expectativas de los seres humanos están en su mayoría centradas en el egoísmo y el individualismo al punto que se justifica cualquier acción o conducta a través de la excusa del objetivo deseado.
Pero cuando hablamos de la vida de Dios, hablamos de vivir según su standard y no conforme a nuestros deseos y para esto debemos estar dispuestos a lidiar con el conflicto del pecado y la iniquidad, ya que si no lo hacemos nunca podremos conocer a fondo los propósitos de Dios y mucho menos hacer su voluntad.
Nosotros estamos en medio de dos naturalezas, la naturaleza de pecado que está guiada por los deseos carnales y la naturaleza de Dios la cual quiere convencernos de hacer la voluntad de Dios.
“Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.”
Efesios 4:17-24 RVR1960
Estas dos naturalezas están en un conflicto constante por el dominio de nuestro entendimiento y de aquí dependerá la vida que estemos viviendo y la que vallamos a vivir en el futuro.
“Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.”
Gálatas 5:17 RVR1960
La guerra es real y nosotros debemos estar conscientes de esto para que podamos mantener a raya a Satanás.