Bendiciones, gracias por ser parte de esta columna y permitirnos compartir contigo la palabra del Señor. En esta oportunidad hablaremos sobre “El hombre espiritual”.
El hombre espiritual no dirige su vida por las suposiciones, por lo que él cree correcto o por lo que la cultura enseña, Este ha aprendido a colocarse en la posición en donde puede recibir la dirección de Dios en todos los aspectos de su vida. Debemos colocarnos en el lugar correcto para entender que el peor momento de nuestra vida puede dar a luz la mejor temporada de ella. Por esto no respondas emocionalmente a lo que te ha venido, colócate en la posición donde puedas dar la respuesta correcta en el momento oportuno.
Nuestra necesidad primaria en este tiempo debe ser el perseguir la vida del espíritu, Esta no es en el sentido místico, es una vida que está completada en nuestras convicciones.
Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Hebreos 2:1
La vida del espíritu es una condición que viene dentro de lo que se llama la compasión de Dios, Deslizarse es tomar una actitud pasiva ante algo que necesita actividad. Para evitar los deslices debemos de mantenernos firmes, pero no en nuestra zona de confort donde nosotros controlamos todo, pues en la vida de fe hay riesgos.
La palabra gracia no es permisividad, la gracia te lleva a la convicción de que Dios te ama, pero eso no te da permiso para hacer lo que quieras.
Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Gálatas 5:16
En el ámbito espiritual Cristo ya peleó por ti, pero en el ámbito natural tú debes librar tu batalla.
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Romanos 12:2
La vida del espíritu es cuando estoy convencido que la justicia de Dios me va a alcanzar.
¿Cómo yo garantizo la vida en el espíritu? La única garantía de la vida en el espíritu es poner tu propia vida en el altar de Dios.
Hay 3 cosas que cambian el corazón del hombre:
- Poder.
- Dinero.
- Fama
Cuando una persona no rinde delante de Dios estas tres cosas, el que tiene poder termina dañando a otros, el que encuentra dinero se aleja de los demás porque siente que no necesita al otro, cuando Dios nos creó para ser interdependientes, como dice su palabra, no es bueno que el hombre esté solo.
Cuando comenzamos a vanagloriarnos nos colocamos por encima de los demás. ¿Cuándo yo sé que estoy viviendo la vida correcta del espíritu? Cuando estoy estimulando a alguien a crecer en su vida espiritual.
Este es un tiempo para soltar el afán, deja de sobrevalorarte y si te están persiguiendo que el poderoso de Israel sea el que te defienda.
Ningún hombre en esta tierra puede afectar la esencia de Dios en tu vida a menos que tú se lo permitas.