¡Oh Libertad!, ¡cuántos crímenes se cometen en tu nombre!
La frase de Madame Roland nos convoca a entender los abusos y peligros que acechan a quienes luchan por la justicia y la equidad en el camino de construir el sistema democrático como aspiramos los dominicanos.
Pues la libertad es intrínseca a la democracia, como el calor es propio del fuego y el blanco es característico de la nieve. Sin embargo, tan bueno es vivir en democracia, que los dominicanos mientras la disfrutan la dañan de manera impune y la hieren de muerte.
La corrupción en sus diferentes manifestaciones es como el piogan de la batata: la destruye, la deja inservible. Como sistema político la democracia se marchita, va secándose hasta morir por efecto de la corrupción.
Mas la corrupción es evitable y en los lugares donde se ha instalado, es extirpable, puede ser aniquilada. Basta que se establezcan reglas, normas claras y rigurosas con sanciones que se apliquen sin contemplaciones a quienes las infrinjan o las violen.
Cierto es que, lo ideal y aconsejable con esperanza de erradicar la corrupción, es que en el país se comiencen a enseñar los principios y valores de la democracia. ¿Cómo hacerlo? Los partidos tienen suficientes recursos económicos, tecnológicos y locales abiertos en el país que pueden destinar para enseñanza a la población adulta mediante módulos con contenidos como política elemental y valores democráticos. Y, en los centros educativos, impartirlos como parte del currículo a las nuevas generaciones.
Proponemos que esos principios y valores se enseñen con sus respectivas prácticas y ejercicios de manera que puedan ser interiorizadas por quienes los reciban. Aunque en el lenguaje coloquial entre amigos y en el entorno familiar se usan como términos, no se vinculan con las prácticas que les den contenido y verdadero significado a valores como la honestidad, solidaridad, respeto, tolerancia, justicia, pluralismo, libertad, responsabilidad y cooperación, entre otros que quedan flotando como simples palabras huecas.
En estos momentos en que se implanta en el Ayuntamiento Municipal de San Francisco de Macorís el 4to. Plan de Acción de Gobierno Abierto, EL JAYA aplaude y aspira a que este se convierta en escenario modelo de excelentes prácticas administrativas, de comportamiento social admirable entre el personal que comparte la misma atmósfera y que los ciudadanos que visiten sus departamentos encuentren empleados dispuestos a servirles con prontitud y amabilidad.
Por todo lo que implica el 4to. Plan de Acción de Gobierno Abierto, no quedan dudas de que este constituye el punto de partida que marca el antes y después de la historia del cabildo de San Francisco de Macorís.
¡Enhorabuena!