El rol de una institución social no debe ser medido por sus informes publicitarios o por las informaciones que esta procure presentar con el objetivo de darse a conocer al público, mucho menos por los comentarios que por de forma automática generen sus publicaciones.
En este caso a tratar podemos afirmar sin asaltos de dudas y sin temor a pifia alguna que una vez más queda comprobado el hecho de que las “noticias malas parece que tienen alas, es decir, las malas noticias llegan volando, las buenas cojeando”.
Hoy en día la sociedad del país y del mundo, y de esto no es excepción la francomacorisana, que adolecen de noticias que contrario a echar más ruinas sobre su alarmante descomposición, la alimenten de esperanzas y de alientos. Una de esas palpitaciones positivas, la ofrece una congregación de jóvenes, que refugiados en el poder y la luminosidad del Cristianismo, han hallado un medio eficiente para su exitoso escape de la adicción a las drogas y por ende su reinserción a la normalidad comunitaria.
En una zona residencial de San Francisco de Macorís, a ciento treinta metros de la avenida libertad, entrando a la derecha, dos esquinas después del puente del sector Ribera de Jaya, nos encontramos con el Centro de Rehabilitación Hombres de Dios el cual, al momento de entrar por un ancho portón que siempre está abierto ofrece una hospitalidad amigable con la naturaleza en un ambiente higiénico y delicado, se oficiaba un culto a Dios, donde unos veintidós jóvenes, desbordantes de alegría celebraban sus altos anhelos de ser hombres libres de sus propios hábitos dañinos.
Uno de ellos, precisamente un querido amigo mío que hacía mucho tiempo que se nos había perdido de vista, nos salió al encuentro. Con mucha amabilidad nos facilitó la comunicación con el Pastor director del centro, quien en respuesta a nuestro llamado, tardó pocos minutos en llegar al recinto para gustosamente contestar todas nuestras interrogantes.
Por criterio profesional no publicamos nombres de los beneficiarios de este centro que además está constituido en un ministerio cristiano abierto para visitas.
“Mi nombre es Fernando Antonio Rodríguez, todo el mundo me conoce como “El Chico Malo”, sobrenombre con el cual desde mi tierna juventud me llamaban los muchachos de mi promoción, por el hecho de mi conducta extrovertida. Le doy gracias a Dios por permitirme dar eso que por su infinita gracia recibí. Fui drogadicto y decidí asistir a un centro cristiano de rehabilitación en Santo Domingo” nos dice.
Allí llegué a ser director del centro; y esto me animó a pensar en mi pueblo, y en los amigos que dejé con el problema de la adicción a las drogas, el cual a Dios las gracias ya yo había superado. Al principio me fue muy difícil porque la gente solo conocía de mí el apodo de “Chico Malo”, por lo que nadie creía en mí. Fue necesario entonces dedicarme a una vida normal de trabajador, dando testimonio de que yo había cambiado. Al fin después de cuatro años gracias a los valiosos aportes de algunos amigos, se nos abrieron las puertas. Comenzamos instalándonos en Las Guázumas, en la Castillo arriba, duramos dos años allí, y aquí, en este lugar ya vamos para cuatro años. Aceptamos personas de todas partes del país y nos llena de satisfacción el hecho de tener rehabilitadas gentes en los cuatro puntos cardinales de la República Dominicana, haciendo una vida normal en la sociedad. Resulta triste cuando una persona después de haber cumplido con el programa e irse a la calle, vuelve entonces a caer, pero aquellos que no lo hacen son los que dan testimonio del valor de lo que estamos haciendo” nos narró visiblemente emocionado Fernando Rodríguez.
-¿Puedes hablarnos de las más bonitas experiencias, que a la luz del Cristianismo has tenido con personas egresadas del centro?
-Son muchos los que vienen y van pero puedo decirte el caso de Melvin Taveras, que formó familia y está felizmente trabajando en armonía con su señora. Tenemos también a Luis Perdomo, que trabaja en Bávaro, así a Juan Núñez que está rehabilitado dando sus clases de Tenis, entre muchos otros que forman una larga lista.
-¿Cuáles son los requisitos que deben cumplirse para ingresar al centro?
-El requisito es que sea drogadicto y mayor de edad. Nosotros no cobramos dinero y les ofrecemos todo lo necesario para una estancia digna: alimentación, dormitorio, esparcimiento; incluso les suministramos cosas de uso personal como pasta de dientes, desodorantes, papel higiénico, entre otras.
-¿Entonces quien financia los gastos de este proyecto?
-Oh! el pueblo de San Francisco de Macorís. Tu sabes que al “Chico Malo lo conocen muchas personas, y no ha faltado quien aporte sus ayudas con puntualidad y cariño. Puedo citar al Comedor Lucy, Moya Restaurant, Eufemio Vargas, el Senador Franklin Romero, Ferretería Hilario, Wilton Batista de Cenoví, siempre nos están ayudando; Javier Gas, que nos aporta todo el combustible que necesitamos para nuestra cocina, Rafael Payano, quien es egresado de nuestro centro y con orgullo del bueno nos trae víveres, dinero en efectivo y otros regalos; los miembros de la iglesia pastoreada por Ana Salime Tillán. Son muchos los colaboradores que tenemos; esto no significa que nos mueva una sola religión, pues todas las religiones tienen cabida en nuestro proyecto porque Dios es para todos, por lo que no se exige religión en particular para ingresar aquí. Le estoy infinitamente agradecido a la Clínica Doctor Núñez y a la familia Núñez de esta ciudad, por habernos prestado de manera desinteresada esta casa que ocupamos. Los Servicios de electricidad, agua y comunicación telefónica, hasta ahora los estamos pagando nosotros mismos.
-¿Cuáles son las perspectivas que tiene esta organización Hombres de Dios de cara al futuro inmediato y mediato?
-Dios tiene el control de todo, en el ciframos nuestras esperanzas de poder aumentar nuestra capacidad de servir. Tenemos capacidad para treinta y tres miembros, también tenemos en proyecto expandirnos abriendo un centro para mujeres, y otro para adolescentes.
Por lo que vi no hay posibilidad de que traigan drogas al recinto porque el programa incluye una estricta vigilancia en todos los sentidos, así las horas de visita de familiares y amigos estuvieron restringidas en tiempos normales, y ahora con la pandemia prácticamente están prohibidas.
-Gracias a Dios no hemos tenido ningún caso de Coronavirus en el centro porque además de guardar los protocolos de higiene y ejercicios, tomamos tés, y hacemos gárgaras en tibio, tanto por la mañana como por la noche.
En caso de algún problema de salud contamos con la asistencia de la Clínica Dr. Núñez, así como aplicamos los conocimientos de medicina alternativa que hemos adquirido en la trayectoria de nuestras experiencias.
El programa de rehabilitación se desarrolla en un año, pero si descubrimos alguna debilidad en el ingresado, lo dejamos por algo más de tiempo, y lo sometemos a un proceso lento de reinserción a la sociedad, afirma Fernando.
La conversación fue amena y emotiva a la vez. “El Chico Malo” como hombre de experiencia y feliz por el logro de haber superado el vicio de las drogas y ayudar con éxito a otras personas afectadas por el mismo problema, no consigue ocultar su estado emocional traducido en ferviente entusiasmo, al hablar sobre la gracia recibida del Señor Jesucristo, a quien considera el centro de su vida y de su institución, así como las razones que lo mueven a seguir esforzandose para echar adelante este proyecto que ya tiene raíces bien fundadas, pero que necesita de la mano amiga que le facilite las actividades a favor de la regeneración de las personas afectadas por la adicción.
Es por esto que hacemos un llamado, a los empresarios de la región Nordeste y de todo el país, así como a las empresas de comunicación y al pueblo en general, a acercarse a este centro de rehabilitación, a fin de ofrecer sus aportes y donativos para esta causa.
Pueden comunicarse con el Pastor Fernando Antonio Rodríguez (El Chico Malo), al teléfono 829-210-0767 o pueden hacer sus aportes, a la cuenta institucional Ministerio Hombres de Dios, No. 590-012481-8 de BanReservas.
En Cristo lo podemos todo, porque Jesucristo es en todo y para todos, es la base que me ha llevado a mis mejores decisiones, concluyó “El chico Malo”.