Así como las aguas buscan siempre su nivel, así como los ríos cada cierto tiempo vuelven por sus cauces y así como los cuerpos químicos se transforman y vuelven a su estado original, así también el ser humano tarde o temprano por muchas que sean las transformaciones que haya experimentado en su acervo cultural, intelectual y humano, al final responde a su origen, a su vida original, a buscar el ambiente en que se crio y siempre anhela volver a dormir escuchando en el amanecer el canto de los gallos y el golpeteo del carpintero con su fuerte pico en el borde de los palmares y aunque el autor de esta columna no ha experimentado tantos cambios con relación a su manera de ser en lo que fue en la adolescencia, siempre quise tener un pequeño pedazo de tierra en un campo para volver a observar de cerca el ambiente en que me crie trabajando junto con mi papá y mis sueños se convirtieron en realidad en los finales de los años 80´s, cuando pude comprar un pedazo de tierra con una casita en el paraje de Chucho Vásquez y no desaproveché la ocasión para engalanar el patio de mi casita no sólo con plantas ornamentales, sino también, con decenas de aves entre las que se encontraban dos pajuiles, decenas de gallinas y una gran cantidad de patos y patas.
Todo iba bien, solo que la cantidad de animales en un momento dado llegaron a ser muchas para mantenerlas y ahí vino el inconveniente, entonces me vi en la obligación de comprar hojas de repollos en los mercados y pan viejo en la panadería para mojárselo y aumentar los alimentos de los patos que son los que más comen. Un día el pan y el repollo parece que resultaron poco para los animales, lo que parece disgustó a las aves que de manera inusual se quedaron al alrededor de la casita ya tarde de la noche como si estuvieran en protesta por la disminución de los alimentos de ese día, sin embargo, ya al caer la tarde el joven que me atendía los animales me había comunicado dicha situación.
Recuerdo que le dije que esa tarde solo se preocupara por la cena de él y que a las aves que se conformaran con lo que habían comido en el día, entonces, el trabajador me dijo “está bien y nos veremos mañana”, yo le dije “ok”, pero cuando me dio la espalda, lo llamé y le dije cuando se me acercó que me hiciera un favor y era para que me le llevara un mensaje a todas las aves y él me dijo “dígame el mensaje”, por lo que enseguida le dije: “quiero que me le digas a todas las aves, a todas y a todos que yo la adquirí en el mercado con mis recursos propios con el único interés de que con su presencia y con su canto me engalanaran el patio de mi casa, que nunca he tenido el interés de convertirla a todas y a todos en mi propio alimento, que el interés solo es de su presencia allá para que me engalanen mi casa con su presencia, con sus diversos colores en su pluma y con su canto.
Pero que si no están conforme con los alimentos que yo le pueda enviar, que sin pensarlo mucho abran sus alas y prendan vuelo a otro lugar y dímele también, que si vuelan a otro lugar quiera Dios que en vez de echarle más alimento de lo que yo le envío, los conviertan a todos y a todas en alimento de su nuevo propietario, advirtiéndole y recordándole que bastante buena es su carne bien ensalzada y por último dímele también, que he tomado la firme decisión de que si no están conforme con lo que yo le doy, que abran alas y prendan vuelo a otro lugar” .
Y la verdad es, que aunque mis pobres aves no tuvieron la culpa de que yo perdiera mi campo producto de un préstamo mal planificado, al final no sólo las aves disgustadas tuvieron que volar, sino que el dueño tuvo que añadirse dos alas y también salir volando sin aves y sin tierra y sólo dejando tras decir “grandes recuerdos con grandes amigos logrados en la zona” y éste mensaje enviado a mis aves, la llevo a la familia para recordar que los jefes de las familias no pueden comprometerse con más recursos de los que ganan porque muchas veces es la mujer y no son todas que quieren un mueble de mimbre de ratán, un mueble de cedro o un mueble de caoba y también un sombrero de tela de terciopelo a sabiendas que su esposo no gana para comprar esos muebles y el hijo, que por el sólo hecho de que su amiguito tiene un carro que le regaló su papá quién sabe cómo, él quiere que su papá le compre un Porche deportivo talvez marca Ferrari para igualar con su amiguito. Entonces, el papá buscando que no se desbarate su familia vende las 20 vaquitas que tiene y para darle solución a problemas de antojo diario, obtiene 3 tarjetas de crédito sin poder pagar una y buscando la unidad de la familia terminan huyendo todos.
Pues el mensaje a mis aves se la hago extensiva a las esposas exigentes incluyendo a la mía que las que no estén conforme con su propia realidad que no hagan como las aves, porque no lo son, sino, que cojan maletas en manos y digan “PATICAS Y PA´QUE TE TENGO” y las que puedan volar, pues que abran alas y prendan vuelo a otro lugar, posiblemente a donde la engendraron y la parieron. Pero como digo una cosa, también digo la otra, a los que puedan darle de todo y se lo hayan ganado que no vacilen en dárselo, a los hijos mayores, que la biblia manda que deben irse del hogar a formar el suyo y sólo quedarse si aceptan dos condiciones:
PRIMERO: comprometerse a respetar a los padres que son los dueños de la casa y SEGUNDO: a comerse lo que le den; a los menores que siempre deberán hacer lo que digan sus padres y si no se someten al orden, se intentará doblegarlo en el camino y si no se puede abrirán alas y prenderán vuelo, porque el orden y el respeto comienza por la familia y es preferible que ustedes vivan juntos con sus padres ajustados a la realidad y no presenciar una autoridad atropellando a sus padres en su presencia, porque éste forzado por las presiones de la familia, robe, viole, o cometa cualquier violación a la ley.
He aprendido que en un mundo con tantas calamidades y tantas pobrezas, el único método que le queda a los jefes de familias, es vivir de cara a la realidad, porque si usted no tiene ingresos, bote todas esas tarjetas de créditos que son lujos que usted no se puede dar y elimine de su casa esa billetera porque usted no tiene empresa y no tiene capacidad para depositar dinero en banco y al final le recomiendo que se coma lo que encuentre con su familia y baile al ritmo que usted pueda mover los pies y los que no estén de acuerdo con su propia realidad y lo estén forzando para que usted ponga en juego hasta su dignidad dígale como digo yo en este artículo
Que coman lo que hay O que abran alas y prendan vuelo a otro lugar
El autor es abogado-notario, ex procurador fiscal de Duarte.
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