Me gustaría compartir parte de mis experiencias como local siendo extranjero, dejando de lado un momento lo socio-político y adentrándome en un recorrido como turista. No les estoy diciendo que vengan, eso nunca, pero son de las cosas a conocer si por alguna razón les tocase pernotar en este lado de la isla.
Aquí, por ejemplo, se le llama blanquito a todo el que no es haitiano, no importa su color de piel, si no naciste en su territorio, eres un blanquito. Ya saben la cara que ponía al principio cuando escuchaba entre ellos hablar de mí y que, a este mulato, le llamaran blanquito.
Soy viajero de mochila, me gusta mezclarme con la cultura local. Lo primero que busco cuando llego a un lugar es su gastronomía autóctona. Mi primera cena en un restaurante de lujo, me ofrecen un plato típico que le llaman Acra, lo puedo describir parecido a lo que conocemos como chulito, sin relleno, la masa es de ñame, sí, leíste bien, ñame. Así frito y todo. Crocante por fuera, textura suave por dentro, bien delicioso. Es una entrada y se sirve con un pequeño puñado de repollo picado. Si no eres tolerante al picante, no probar ese acompañante nunca. Lástima que era formal la cena y cuando se me salieron las lágrimas, solo pude beber la limonada y no una cerveza. Desde entonces pido el acre, pero el repollo lo dejo de lado. Otra comida típica es el Paté. Es una empanada de harina solo que el relleno es arenque, tomate, cebolla y huevo. Para nosotros no es fácil de pensarlo, pero una vez pruebas esa mezcla de sabores se vuelve aditivo. La bandera nacional es moro de habichuelas negras con hongos negros llamado Djon Djon y pollo frito. Otro plato consiste en un guiso de hojas y verduras en salsa negra (Lalo) de consistencia pastosa pero muy sabrosa con 3 carnes, pollo, chivo y cerdo. Después del pollo, lo que más se consume es chivo, si hay un plato que definitivamente pido una y otra vez son unos mofonguitos de chivo en la salsa de verduras. En definitiva, mucha intensidad y colores en las comidas. Hice varios amigos en restaurantes que hacían conversación con este “blanquito” solo al ver el plato que tenía sobre la mesa. Con tantos nacionales en nuestro país, ni mala idea sería de pensar en un restaurante, hasta podría irme bien.
En cuanto a la música, se escucha mucha fusión, hay influencias del mundo entero. Puedes reconocer la mezcla del rock, jazz, bachata, pop y R&B, hasta las letras de muchas, son traducciones de canciones populares de otras latitudes. Existe un género particular que vendría siendo de los más populares y este se llama Kompa. Se baila como entre bachata y cumbia: mucha fusión y ritmo, bien bailable. Lo que se escucha en las emisoras es muy variado también. Todos los géneros representados, no cansa.
Uno de mis mecánicos, un domingo por la tarde, me invita a un restaurante cerca de la casa. Me habló de una ocasión anterior que lo visitó y se encontró con una escuela de baile. 2 veces por semana el grupo va a lugares para ensayar: practicarlo en vivo. Estos mecánicos, más aventurados que yo, invitaban a bailar a las féminas. El profesor se les acercó, eran la novedad, al fin podían realizar los pasos aprendidos con otras personas. Mis muchachos se convirtieron en el centro de atención, invitados especiales. No bailo, nací con 2 pies izquierdos, aun así, disfruté mucho ver cómo giraban alrededor de ellos. Le comenté a alguien mi sorpresa y me encantó la forma de su respuesta: “Haití decricajandose y un grupito de gente chillin, como que nah eh nah, bailando”. No pude responder, son de las cosas insólitas que se saben solo si lo vives.
La clase social que hace teteos, sale a diario. Sus papis empresarios y los herederos con el único trabajo de gastar ese dinero. Los bares o restaurantes son por día de la semana. Hay bonche de lunes a lunes. De todos, me gustaron 2 donde los días activos son en uno jueves y otro viernes. Público más adulto. Eso sí, son como que digamos el Tinder haitiano. Si eres frecuente, llegas a conocer a todos y de todo. Tengo varias anécdotas. Por ejemplo, la última persona que conocí, un salvadoreño con casi 6 años trabajando en una de las principales telefónicas. Encargado de las promociones y rifas, pero también, responsable de una aplicación que tiene la compañía para la descarga de pornografía. Quien pudiera pensar que, en este país, solo por ese concepto, esa empresa factura unos US 500 mil al mes. Increíble, pero cierto.
Ni hablar del oficio más viejo de la historia conocido por el hombre. Una noche cualquiera, la mesa a mi lado con 2 damas quienes exageraron con la bebida. Una de ellas literalmente se desmayó y cayó inconsciente al piso. Todos los que estábamos alrededor colaboramos. La semana siguiente, coincidimos de nuevo. Para mi sorpresa, conocí una madame, el enlace con dominicana para atraer, traer y poner a “trabajar” a otras. Si escuchas más que lo que hablas, puedes aprender mucho de cómo funciona ese negocio. ¿cómo llegan?, ¿cuánto ganan?, ¿en realidad, le retienen los pasaportes?… Pueden trabajar entre 4 a 6 meses y les rinde para vivir sin hacer nada el año completo.
Hay muchas más cosas para contar, que pudieran ser hasta más interesantes. Quizás si me animo, en una próxima entrega abundo más al respecto.