Hay mucha sabiduría en la actitud de algunos padres que hacen pleitos terribles por que su hijo se peine o se vista un poco raro; o en las esposas no fumadoras que permiten fumar a sus esposos; o en la del barón que deja trabajar a su consorte aunque prefiriese que se dedicara de lleno al hogar; o en la de las esposas que permiten a sus maridos invitar a cenar eventualmente a sus amigos.
Es sabiduría porque disciernen que obligar a cambiar a sus seres queridos en esa actitudes, necesarias de algunas formas para ellos, ameritaría un altísimo grado de coerción. Por supuesto, no se trata de ser manso o subyugado. Si el asunto es grave se debe hablar claro, pero si no lo es, basta con decirle al compañero lo que nos molesta y dejar bien establecido que por el amor que le tenemos estamos dispuestos a tolerarlo. Esa es la mejor estrategia para que un familiar cambie, la que se basa en la premisa de que aunque no cambie lo seguiremos amando. Al percibir eso, el a su vez, tarde o temprano también deseara darnos gusto.
A partir de hoy, estoy decidido a hacerme una firme promesa. Ignoro lo que será de mi en el futuro, pero definitivamente no voy a darme el lujo de seguirme destruyendo.
Esto hastiad@ de mi mismo, harto de tomarme las ofensas tan en serio. Todas las personas tienen sus punto de vista y sus razones validas para hacer lo que hacen. No debo molestarme si piensan diferente a mi.
De ahora en adelante me prometo que si alguien me agrede no me defenderé. He aprendido que EL QUE GANA UNA PELEA ES EL QUE SE NIEGA A PELEAR. SI ME INSULTAN, NO VOY A DEJAR QUE EL INSULTO PENETRE A MI CORAZON. Solo yo tengo la llave para abrirlo. Voy a impedir que en el entre basura. Si todo lo que me dicen otros lo considero cierto y lo hago mío, volveré a caer en la trampa de perder el control.
Me prometo que la próxima vez que sienta ira lo primero que hare será buscar la soledad. Ahí arreglare mis desavenencias y me presentare ante el mundo cuando me sienta en paz con el.
Esto no es un juego. Es una promesa que, por el bien de mi vida y de mis seres queridos, no voy a permitirme romper.
Por: Dra. Milagros Sierra.
Psiquiatra_psicoterapeuta.