Tenares, Hermanas Mirabal.- A propósito del 112 aniversario del municipio de Tenares que será celebrado el próximo 20 de octubre, inicio este artículo recordando el Tenares romántico en el que todos nos conocíamos, un pueblo pequeño en donde se destacaban los sectores de La Chicharra, La Sánchez, Hermanas Mirabal, La Grama, El Abanico y el Jon, El Abanico, tiempos de gente buena en donde cada quien conocía los hijos, madre, padre, abuelo, abuela y todos los miembros de cada familia, sus simpatías políticas, deportivas y culturales, tiempos que en la parte deportiva, por ejemplo, pudimos desde la rústica cancha del mercado, llegar a ser uno de los equipos de voleibol más importantes del pais, amén de la disciplina del béisbol, en donde equipos como La Menta Tricolor, Premier, Farmacia Lourdes, Tienda Alma, comandaron los conjuntos mas exitosos del béisbol nuestro.
Tiempos de La Empalizá, El Canario, La Tribu, Disco Tony y otros populares bares de la epoca, las empanadas de Ramonota y Petronila, eran unas delicias, fue la epoca en donde Los Antillanos del Ritmo, con los hermanas Héctor y Geraldo Peña, Fermín Cruz (EPD), que más tarde sería uno de los mejores trompetistas de la historia de nuestro país, así como resaltar al cantante principal Yoryi Hidalgo.
Recuerdo, a comienzo de los años 70’s cayó bajo las balas del régimen opresor de los 12 años de Joaquín Balaguer, el joven tenarense Chedo Martínez, el cual pertenecía al Movimiento Popular Dominicano (MPD) que comandaba Maximiliano Gómez (El Moreno). Chedo ofrendó su vida por la democracia, y lamentablemente el Tenares de hoy ni lo recuerda.
Recuerdo además, a la entonces hermosa joven de esa época, Teresa Valeriano, la cual marchando con su larga cabellera en contra del Gobierno de Balaguer, recibió un impacto de bala en medio de la jornada de protesta. Eran los tiempos que se luchaba por un ideal, eran tiempos que nos conocíamos todos, conocíamos nuestras fortalezas y debilidades, conocíamos nuestros héroes, pero también conocíamos incluso los chivatos a favor de los regímenes que nos azotaron. Aún así, viviamos en armonía.
Llegaron los 80’s, forjado por una generación llena de jóvenes talentosos en todas las áreas, época en donde la música mundial explotó con sus mejores talentos en todos los géneros. Recuerdo, que comenzando esa gloriosa época, en la persona del brillante joven revolucionario, Pedro Félix Contreras Sosa, perdimos al más connotado estudiante que ha pasado por las aulas nuestras. Jamás olvidaré la inmensa tristeza que embargó al pueblo cuando trajeron su cadáver desde la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), en donde llegó en busca de sus sueños. Es triste que tampoco la nueva generación conozca su historia, aún que la “Casa de la Cultura” lleve su nombre, la pongo entre comillas, porque precisamente esa casa donada por el ilustre tenarense Diógenes Camilo, jamás ha funcionado como tal, aún con los esfuerzos que realizará nuestro immenso escritor fallecido el año pasado, don Pedro Carreras Aguilera, quien siempre me expresaba con dolor, que la Casa de la Cultura era más que zancos, que además de esa muestra cultural, La Casa de la Cultura debía de ser la casa de los escritores, intelectuales, estudiantes, profesores, los cuales propicien lo mejor de nuestra identidad cultural.
Tiempos, en donde se disfrutaba el Noa Noa, La Belkis, El Guajiro, El Tamango, HD Discotec, pero también podíamos disfrutar la comida del Malecón, y además del ambiente capitalino de Ábaco Restaurant, así como también disfrutábamos y nos sentíamos orgullosos de La Orquesta La Escuadra, quien explotó por todo lo alto con el carisma y la magia de su cantante principal, José Miguel Rosario.
La década de los 80’s provocó una gran emigración de tenarenses hacia Estados Unidos, Puerto Rico, Venezuela y otros países, pero también propició un gran éxodo de estudiantes especialmente a la capital dominicana, cuna de la universidad de los jóvenes cuyos padres no podían mandar a sus hijos a la UCAMAIMA, UNPHU, entre otras universidades privadas. Fue la UASD quien recibió con los brazos abiertos, aún con todas sus limitaciones, a la mayoría de estudiantes universitarios tenarenses de esa gloriosa época.
Continuará…