Tengo que comenzar poniendo énfasis en la definición de un punto generador de responsabilidad de los gobiernos dominicanos. A partir del año 2010, surgen con la modificación constitucional un nuevo modelo de prerrogativas tendentes a garantizar firme y objetivamente los derechos de los ciudadanos en nuestra República Dominicana. La Constitución nos dice que los órganos del Estado deben garantizar y propiciar la garantía absoluta de los derechos fundamentales; educación, salud, alimentos, justicia, cultura, vivienda…
Derechos que obtenidos proporcionarían a la sociedad una balanza equilibrada para tener elementos justificativos de juicio para la actuación en contra de la llamada delincuencia.
Con el incumplimiento de la responsabilidad estatal son ellos los primeros propiciadores de la delincuencia. Se gastan cuantiosos recursos disque en la lucha contra la delincuencia y nunca proporciona un proyecto que sea generador de esperanza en ese sentido, proponen recoger armas, barrios seguros, generales fuertes, pero se sigue sin resultados reales que nos hagan ver como sociedad una posible solución del problema.
Quien escribe no es sociólogo, pero pienso que la disminución de los hechos sociales desagradable deben de fundarse en una fuerte inversión barrial comunitaria donde se comience por determinar a través de un censo o por un método elegido por las autoridades donde se verifique en qué condiciones sociales están viviendo nuestros jóvenes y sus familias, cuál es el cotidiano vivir de su comunidad o sector.
Una vez hecho ese levantamiento convocar a los líderes comunitarios de cada sector para proponer un proyecto de acción e inversión barrial ligado en principio a los ayuntamientos municipales. Recogida de plástico, limpieza de aceras, limpieza de solares baldíos, bacheo en sus barrios, en fin, crear actividades laborales que permitan una mejor manera de vida.
La solución del problema no lo percibo desde la óptica de la represión, de la persecución, de la violencia contra la violencia. Nuestra ciudad está pasando por un momento muy difícil, amargura, frustración, desempleo, mala salud en fin una camisa de fuerza que pesa sobre nosotros por derechos incumplidos y beneficios denegados. Entiendo que esa lucha no es sólo de nuestros mandos militares, quienes también son víctimas de grandes necesidades las cuales no pueden resolver.
Para comenzar un verdadero proceso de disminución de la rebeldía social que hoy vemos en nuestras calles, es preciso que el gobierno en vez de estar gastando cuantiosos recursos en proyectos fallidos, mire el horizonte en ese tenor. ¿Cómo le exigimos a una persona que no tiene su mínima necesidades cubiertas que sea un ciudadano ejemplar? Gobernantes comiencen a establecer parámetros sociales de participación comunitaria con la responsabilidad de cumplir con el encargo que le ha hecho la sociedad depositando su voto en espera de acciones concretas. Si queremos sostener este sistema llamado democrático hagan inversión en lo real, en lo justo, en lo que cree un verdadero Estado de Desarrollo Humano.
Exhorto a la gobernadora provincial y a todos los gobernadores nacionales reunirse y preparar un proyecto de acción comunitaria conjuntamente con todas las demás autoridades, donde se pueda ver alguna luz en medio de esta gran realidad que hoy se nos presenta.
Trabajen primero para garantizar los derechos fundamentales de las personas para que una vez conquistados, podamos crear un clima de disciplina, de cumplimiento de deberes que nos permitan tener un mejor país. Desarrollo es crear las condiciones para una vida integral. Que los más beneficiados de la fortuna sean obligados a contribuir con el desarrollo comunitario y social. Con pena observo a muchos jóvenes ligada sus manos por dos grilletes y con su mirada lejana y cabizbajo sometidos por hechos que muchas veces tienen que ver con la subsistencia de ellos y su familia. Señores gobernantes hagan lo que tienen que hacer y no sigan proporcionando el mal y la destrucción social.