Desaparecida la ferra y criminal tiranía trujillista en el 1961, las Leyes que alimentan la Junta Central Electoral, todas sin excepción, ruedan por el suelo en todo el territorio a la vista de las autoridades que les corresponde hacerla respetar.
Citamos el caso de la Ley número 33-18, que regula o disciplina en todo el país las actividades de los Partidos Políticos, Agrupaciones y Movimientos Políticos, pero ésta a diario vive siendo violentada en calles, avenidas y carreteras.
Hay que reconocer que el Partido Humanista Dominicano en la persona de su presidente nacional, ingeniero Ramón Emilio Goris, lideran el reclamo para que la Junta Central Electoral busque los mecanismos a su alcance para ponerles alto a tan costosa práctica.
Con miras a las elecciones nacionales del año 2024, los integrantes del Pleno de la Junta Central Electoral, están en la obligación de aplicar reglas de juego, porque de lo contrario la ciudadanía seguirá realizando sus actividades diarias en medio de campañas políticas.
Ciertamente es una mezquindad o un abuso el reclamar a los Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos, que dejen a un lado las campañas electorales a destiempo, cuando los gobiernistas viven montando actividades reeleccionistas en todo el territorio nacional.