Hasta hace unos días, el Lic. Washington David Espino Muñoz era parte de esa Corte, pues una resolución del Pleno de la Suprema Corte de Justicia lo separó del cargo. No sé, ni es materia de éste escrito determinar si la Suprema Corte actuó por odio o por animadversión como denunciara a la prensa nacional el Lic. Espino, tampoco me interesa analizar las razones jurídicas de dicha decisión, lo cierto es, que se acaba de separar del tren judicial, en el área laboral a quien sin lugar a dudas es uno de los abogados jóvenes más preparados con que cuenta la República en el tema.
Washington es un especialista en Derecho Laboral, con varios tomos publicados sobre la materia y que ha sido considerado por eminentes juslaboralistas, como el actual Vicepresidente de la República el Dr. Rafael Alburquerque, como un igual en término de sus conocimientos y así lo expresa en el prólogo de uno de los libros del Lic. Espino.
En un país donde no se cuenta muy a menudo con el reconocimiento de aquellos, que aún sin nombradías o apellidos rimbombantes, están a la altura de los mejores, las expresiones comparativas de uno de los más destacados juslaboralistas latinoamericanos son proverbiales. Eso solo se gana con dedicación, trabajo, disciplina e inteligencia.
Como inteligente, trabajador y disciplinado se puede catalogar al amigo Washington.
Obsesionado en el tema de su predilección, era normal encontrarlo en su despacho “buceando” en montañas de papeles, libros, revistas, boletines, o clavado frente al monitor de una computadora que en su navegar por Internet, viajaba de un país a otro en búsqueda de la inquietud del momento, allí no había mucho tiempo para la conversación con el amigo visitante (que muchas veces era yo), o para degustar un humeante café entre anécdotas o comentarios diversos, su norte fue siempre trabajar en sus proyectos, que son muchos.
En esta batalla que ha librado el Lic. Espino, es necesario resaltar su reciedumbre y su valentía al enfrentar a sus superiores jerárquicos representados en la Suprema Corte de Justicia, cosa que no se le ocurre a ningún Juez o abogado ante el temor de que su acción le perjudique en el cargo o en algún caso futuro.
Esa actitud, antes que abochornarlo habla muy bien de Washington, porque el honor se ha perdido mucho en estos tiempos, que son tiempos de antiquijotes. Defender lo que se piensa, guerrear en las condiciones de David frente a Goliat, mantener los juicios y las posiciones cuando se cree firmemente en ellos, es atributo de gladiadores.
Lo que más se puede lamentar de este affaire es el hecho de que la justicia francomacorisana, ha perdido un buen Juez y un magnífico intelectual del Derecho Laboral, una persona que tiene suficiente inteligencia y tiempo para aportar al debate jurídico en el tema por mucho tiempo, y que abrigamos la esperanza de que siga aportándolo desde las funciones que asuma a partir de ahora.
Vaya nuestra solidaridad y reiteración de la amistad y la admiración que profesamos al Lic. Washington David Espino.
El autor es abogado, periodista y Procurador General de la Corte Penal de San Francisco de Macorís.