El discurso de toma de posesión del presidente Leonel Fernández Reyna, el pasado 16 de agosto del 2004, fue un discurso optimista y hasta cierto punto esperanzador para los Dominicanos y Dominicanas, el cual concluyó diciendo E’ pá lante que vamos!
Frase que se ha hecho eco incluso en muchos medios de comunicación y es posible que para los que aún conservan la euforia del triunfo electoral, E’ pá lante que vamos! sea visto como un signo de progreso, cosa, que pondría feliz a todos los dominicanos y dominicanas que ansiamos vivir en un país con más oportunidades de empleo, con mejores condiciones en los servicios básicos, tales como sin una Agricultura mal atendida, sin caminos vecinales en malas condiciones, sin un TLC, sin una firma con el Fondo Monetario Internacional que vuelve y nos quita la soberanía por la que lucharon y murieron nuestros patriotas, sin la imposición de tantas reformas fiscales para la cual no nos mandaron a hacer los trajes y los que tenemos nos quedan ya muy apretados.
Soñamos vivir en un país donde la prio-ridad no sea construir un Metro y dejar de subsidiar el GLP, la electricidad, subsidiar a los productores nacionales, aumentar el presupuesto a la Educación y a la Salud.
La República Dominicana ha estado viviendo en los últimos tiempos los grandes embates de la violencia, de la delincuencia, de los aumentos de combustible y de artículos de primera necesidad, de la corrupción y su impunidad, drogadicción, apagones, huelgas médicas, hospitales sin medicinas, quejas de maestros y todos los sectores de la vida nacional, sin que se vislumbren signos de esperanzas y respiros para este nuevo trayecto que sin bien iniciamos no sabemos el rumbo para donde dijo el presidente que E’ pa’ lante que vamos!
Hay que precisar que no estamos preparados para esta nueva forma de vida que se nos impone y que nos obliga a preguntarle al presidente y sus funcionarios ¿y pa dónde es que vamos?
A pesar del famoso eslogan, en el discurso de rendición de cuentas del 27 de febrero recién pasado, el primer mandatario no pudo presentar como logros de su gestión las dos promesas principales de su campaña, y las que talvez concitaron mayor apoyo en la población: Solución de la crisis energética y abaratamiento de la canasta familiar.
Percibimos que ante la falta de realizaciones por parte del gobierno, más que un objetivo estratégico, podría terminar en un simple decir popular, por eso insistimos ¿Y pa dónde e’ que vamos?