Es importante despertar la curiosidad y la imaginación en los estudiantes.
Entiendo que debe enseñársele a ser creativos e imaginativos para que no esperen que todo se lo brinden terminado; se le debe instruir al autodescubrimiento y podrán observar que son capaces de hacer grandes e importantes cosas con sólo tener un poco de habilidad.
Lo que acabo de afirmar pudimos comprobarlo en la reciente exposición de mayo que presentaron estudiantes de cuarto de bachillerato del liceo nocturno Juan Pablo Duarte. Grandes y vistosos adornos y manualidades diversas se exhibieron en el plantel.
Una suave llovizna sirvió de marco al desfile de obras artísticas que engalanaron el pasillo del liceo. Era fiesta para muchos estudiantes que asombrados observaban las creatividades de sus compañeros, ya que esta se limitó a los estudiantes de cuarto de bachillerato. Las autoridades del distrito educativo 06 y profesores de otros centros escolares que asistieron a la exposición admiraron y tuvieron palabras de elogios para los alumnos expositores.
De esto se puede deducir que no hay delimitación clara, ni único procedimiento que el profesor debe utilizar para evaluar las acciones didáctic as que no sean provocar en los alumnos la intención de proponer mejoras sustantivas y significativas en beneficio de ellos mismos.
Algunas de las estrategias de esta enseñanza consisten en realizar estructuras de aprendizaje con objeto de realizar formas creativas y la educación artística permite el desarrollo de esas formas creativas, donde los estudiantes con estímulo de un profesor dinámico provoque el desarrollo de sus potencialidades imaginativas y creadoras, las que quedaron demostradas en las distintas creactividades que fueron capaces de realizar estos alumnos.
Los profesores debemos orientar y principalmente ayudar a evitar el fracaso y la manifestación derrotista, la falta de esfuerzo y la poca participación voluntaria en las actividades de la escuela.
Existen grandes valores tal vez desconocidos y solo cuando se intenta descubrir se conoce que hay grandes talentos escondidos en las escuelas, así lo evidenciaron estos estudiantes en pinturas de paisajes, en sombras y distintas manualidades eran en realidad hermosas obras de arte.
El manejo de la motivación debe estar presente de manera integrada al quehacer del estudiante realizando no sólo pequeñas obras artísticas, sino integrándola como modo de vida a todas las acciones relacionadas con su familia, la escuela y la comunidad.
La idea es preparar un sujeto con una educación que le permita enfrentarse a la vida con las competencias necesarias para vivir, capaz de enfrentar una opción complementaria para un ser humano que hará significativos aportes al desarrollo y la cultura.
El arte, por tanto, son expresiones espontáneas o condicionadas por las costumbres que evidencian los primeros indicios del artista que duerme dentro de cualquiera de nosotros o de nuestros estudiantes y solo se llegan a potenciar esas aptitudes creativas creando conciencia para que se atrevan a trabajar obras estructuradas como un producto de su creatividad. Para que este propósito se haga realidad es necesario educar la conciencia sensitiva de los educandos a tal manera que comprendan la importancia y el valor de todas las manifestaciones artísticas (la artesanía, pintura, cuentos, el folklor, entre otras), se deben iniciar desde el inocente e ingenuo esteta y luego integrándolos a las instrucciones necesarias para llegar a mejorar cada día y al planteamiento definido con la intención clara de una terminación precisa en un pensamiento nacional.
La autora es profesora de Educación Artística en el Liceo Nocturno Juan Pablo Duarte