La carretera San Francisco de Macorís-Tenares, desde hace mucho está en vía de reconstrucción, ahora más que antes ofrece un gran peligro para toda persona que se arriesga por necesidad a transitar por ésta.
Hay que vivir esta dura prueba de temor, de pánico por su deplorable estado de inseguridad, de lo que se pueda presentar en el trayecto por la misma. No entendemos porqué los ingenieros deterioran las vías totalmente, es decir, la pican a larga distancia y con excavaciones profundas, ocasionando así inconvenientes incalculables, y mucho más cuando son vías estrechas, con un gran tránsito vehícular intensamente movido.
Se puede decir, que es una vía bastante transitada, no sólo de transporte público, sino que por ésta se transporta todo tipo de productos agrícolas a los mercados, y de todo lo que se pueda comercializar. No podemos desconocer que en la entrada a Los Arroyos, tenemos un centro de estudios avanzados, que es la Universidad Católica Nordestana, donde cada día de la semana se imparte docencia a cientos de jóvenes que proceden de diferentes pueblos, parajes o campos, donde se debe transitar obligatoriamente en vehiculos de todos los tamaños.
En estos momentos, en que conformamos estas líneas, esa vía está reflejando accidentes imprescindibles, pues la estrecha y deteriorada carretera no dispone de espacio suficiente para el encuentro de dos unidades, con el temor, a la vez, que se pueda caer en un precipicio de los que están abiertos, los cuales parecen piscinas de agua sucia. Al tener un alcance de x kilómetros, en esa condición no se puede esperar nada bueno. Parece que los encargados de esa obra, no tomaron en cuenta el peligro que hoy tenemos, con el gran tránsito vehícular del día, además de los estudiantes que usan sus propios medios de transporte, también los autobuses de la UCNE viajan con un estimado de 50 estudiantes de ida y vuelta, y este servicio es contínuo hasta las 10:00 de la noche, para poder cumplir con ese servicio de cientos de alumnos que deben regresar a la ciudad.
Además todo el personal, profesional académico que imparte la docencia allí, como el resto de empleados que laboran en diferentes disciplinas, todos en general, están sufriendo la misma incomodidad y el peligro que nos amenaza. Nos imaginamos cómo estarán los ánimos y la preocupación de nuestro Obispo Monseñor Jesús María de Jesús Moya, quien asiste diariamente a ese centro a cumplir el compromiso como rector de la misma. Conocemos su sensibilidad humana, y esto es preocupante para él y no es para menos, pues esta causa pone en peligro la vida de seres humanos, entre ellos estudiantes y demás personal de la universidad, que deben asistir cada día allí.
Por este medio hacemos un llamado a los ingenieros y colabodores responsables de la obra, que por favor agilicen el proceso de terminación, por las razones antes expuestas. Evitando así que puedan pasar accidentes lamentables. Exceptuamos que la Universidad no tiene responsabilidad alguna de esta situación de peligro con todo su personal, que por necesidad hace uso de esta vía. Pero sí nos preocupa mucho el cuidado de la integridad física de cada quien. Esperamos y rogamos a Dios, que nunca suceda lo peor, por nuestra paz y tranquilidad espiritual.
Sugerimos a las autoridades competentes, que no permitan que transiten vehículos pesados (patanas, camiones, etc) por la estrechez de la vía, provocando a veces, disputas del espacio para seguir hacia delante, en las cuales se ha visto discusiones acaloradas y amenazas con arma de fuego. También de ser posible, solicitamos que se disponga de agentes de tránsito de AMET (provisionales), quienes tienen bastante experiencia en esa materia, para poner el orden y evitar que ocurran casos lamentables.
Ojalá que los encargados de esta construcción pongan atención a nuestras sugerencias, las cuales van con las mejores inteciones, de que nunca pasen sucesos que tengamos que lamentar, pudiéndose evitar a tiempo. ¡Que Dios nos bendiga a todos, con la paz y tranquilidad espiritual!
Pensamiento: En este preciso momento, en que vacilas y te sientes asediado de temores, Dios quiere hablarte. ¡Escúchale!