San Francisco de Macorís enfrenta un momento importante en el suministro de agua potable. El rápido crecimiento de su población, evidenciado por la proliferación de proyectos de vivienda en construcción y la expansión del comercio, está generando un incremento en la demanda de agua que ya ha alcanzado un punto crítico. Aunque la población de San Francisco de Macorís y las ciudades aledañas de Salcedo y Tenares dependen principalmente de la presa de Hatillo para su suministro de agua, esta instalación es cada vez menos capaz de satisfacer la creciente demanda, especialmente durante las sequías. Esta situación se ve exacerbada por tuberías viejas que a menudo se rompen, como se pudo observar en meses recientes cuando diferentes sectores de la comunidad enfrentaron días sin suministro de agua.
La urgencia de la situación requiere atención inmediata de todos los niveles del gobierno, desde el presidente Luis Abinader hasta el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI), dirigido por el ingeniero francomacorisano Olmedo Caba Romano. Los estudios preliminares y discusiones deben avanzar hacia planes concretos.
La Propuesta de Presa en el Río Boba: Una Solución Multipropósito
El río Boba tiene 91 kilómetros de longitud y un caudal mensual promedio de 18.50 metros cúbicos por segundo. Una presa en el Río Boba podría ser una inversión de apoyo al suministro de agua procedente de la presa de Hatillo y, a su vez, ofrecería beneficios adicionales. Este proyecto también reforzaría de forma significativa el riego agrícola, generaría energía eléctrica, empleo y fomentaría la piscicultura, así lo afirma el ingeniero Rafael Fernández Valerio, director ejecutivo del Consejo Económico y director de Estrategia y Planificación del Consejo de desarrollo de la Región Nordeste.
El proyecto podría convertirse en una atracción ecoturística, en línea con la designación de la provincia Duarte como provincia ecoturística el 31 de enero de este año, proporcionando así una fuente adicional de ingresos para la comunidad.
La urgencia es palpable. No estamos tratando sólo con un problema logístico; es una cuestión de salud pública, estabilidad económica y bienestar social. Varios sectores, desde el empresarial hasta las comunidades locales, deben unirse para abogar por este proyecto tan necesario.
En un momento en que el cambio climático está impactando cada vez más en los suministros globales de agua, proyectos como el de la presa propuesta en el Río Boba se vuelven imprescindibles. La resiliencia de la provincia Duarte, y por extensión, de República Dominicana, depende de las medidas proactivas que tomemos hoy.
Si no invertimos en esta infraestructura vital, corremos el riesgo de frenar el crecimiento de una región de grandes potenciales. El tiempo para la deliberación ha terminado; ahora es el momento de tomar acciones decisivas.