El Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez cumple 87 años, este 31 de octubre.
Y desde nuestra redacción nos unimos a la celebración del nacimiento de uno de los hombres más grandes de este siglo.
Un hombre importante nace cada 100 años y el nuestro es Su Eminencia Reverendísima monseñor Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, quien hoy celebra un año más de vida, ya ha retirado acorde a su edad.
Es el arzobispo metropolitano de emérito y fue nuestro primer obispo oficial que tuvo San Francisco de Macorís.
También fue nuestro primer arzobispo en participar en un sínodo y optar para ser papa. Fue el primer dominicano que asiste al Vaticano a participar del cónclave donde pudo haber sido electo como nuestro primer y único papa.
Por razones de edad está recluido en su hogar, sin embargo en su vida de servicio eclesiastico fue uno de los hombres más brillantes de la historia y también cuestionado.
No ocupa el cargo de Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, tras el Papa Francisco haber aceptado su renuncia en junio del 2016, que presentó en 2011, posición que ocupó desde 1981.
Biografía
López Rodríguez nació en Barranca (provincia de La Vega), República Dominicana, el 31 de octubre de 1936.
Hizo los estudios de Filosofía y Teología en el Seminario Pontificio “Santo Tomás de Aquino” de Santo Domingo, en donde obtuvo el Bachillerato en Sagrada Teología.
Fue ordenado Sacerdote el 18 de marzo de 1961.
Nombrado Primer Obispo de la Diócesis de San Francisco de Macorís, el 16 de enero de 1978 y recibió la Consagración Episcopal el 25 de febrero de ese año. Nombrado Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, el 15 de noviembre de 1981, tomó posesión de este cargo en fecha 16 de noviembre del mismo año.
Ordinario Castrense para la República Dominicana, desde el 4 de abril de 1982.
Fue elegido Presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED), y reelegido en las Asambleas Plenarias de 1987,1990 y 1993, 1996,1999 y 2008.
El 28 de junio de 1991, creado Cardenal de la Santa Iglesia Romana por Su Santidad el Papa Juan Pablo II, quien le asignó el Título de San Pío X en la Balduina (Roma).
Fue elegido Primer Vice-Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), en marzo de 1987.
El 25 de abril de 1991, fue elegido Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
Fue nombrado por Su Santidad Juan Pablo II, uno de los tres Co-Presidentes de la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, celebrada en Santo Domingo, en octubre de 1992.
El 20 de mayo de 1993, Su Santidad Juan Pablo II le designó Legado Pontificio al XLV Congreso Eucarístico Internacional celebrado en Sevilla, (España).
Enviado Especial de S.S. Juan Pablo II para presidir el VI Congreso Nacional Mariano de Ecuador en la Ciudad de Loja de 1994.
Miembro de la Asamblea del Sínodo de los Obispos sobre la Vida Consagrada celebrado en Roma en 1994.
Enviado Especial de S.S. Juan Pablo II para presidir el IV Congreso Eucarístico Nacional del Uruguay, en el año 2000.
Enviado Extraordinario de S.S. Juan Pablo II para presidir las celebraciones del V Centenario de la Primera Misa en Honduras y en Tierra firme de América, en 2002.
Enviado Extraordinario de S.S. Benedicto XVI para presidir los actos organizados con ocasión del IV Centenario de la Muerte de Santo Toribio de Mogrovejo, Lima Perú, en 2006.
En su condición de Cardenal de la Iglesia Romana pertenece a los siguientes Dicasterios: Congregación para el Clero, Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales y Pontificia Comisión para América Latina.
El Ayuntamiento de Santo Domingo, Distrito Nacional lo reconoció como “Hijo Meritísimo de la Ciudad de Santo Domingo” y le entregó el Escudo Heráldico en Oro de la Ciudad Primada de América.
Ha publicado las siguientes obras :
- – Algo de lo que he dicho
- – En Torno al Quinto Centenario
- – Algo más de lo que he Dicho
- – Mi Vida Pastoral
En su escudo se destaca el lema: “FORTES IN FIDE” es decir “FUERTES EN LA FE”. Frase que le ha destacado a lo largo de su vida, por ser un hombre de conducta intachable defensor de la vida, la familia y de los valores en nuestro país.