El Litargirio es una sustancia que se ha usado durante largos años para tratar el mal olor axilar o de los pies (grajo y sicote), respectivamente por su alto contenido en plomo que es muy tóxico para el ser humano fue prohibida por Salud Pública tanto su fabricación como su venta en el año 2003.
Entre otras cosas produce anemia, deterioro de los riñones y alteraciones permanentes siendo esto último más grave en el cerebro de los menores de seis años de edad.
Hace un par de meses pude comprar fácilmente litargirio en una farmacia en Santo Domingo como obviamente el uso libre de este veneno. Alertamos a las autoridades de Salud para que radique ya tan peligrosa práctica.
Sobre la penicilina en cremas debemos informar que esta sustancia al frotarla en la piel induce la formación de anticuerpos; esto es, el organismo que se va volviendo alérgico a ella y una inyección posterior que podría traer graves reacciones.
Insistimos: La penicilina no es para frotarse en la piel; su administración, bajo supervición médica debe ser intramuscular 0 intravenosa, según las circuntancias lo requieren.
Los eternos incredulos diran que el litargirio se ha usado siempre sin problemas, que aun se venden las cremas con penicilina, que las gentes preparan unguentos de penicilina o ampicilina como buenos resultados…
Los resultados deben buscarlos entre los pacientes cuyos riñones dejaron de funcionar en muchos anémicos crónicos, entre los incontables dominicanos con retrasos mentales, etc. etc. Entre los que pasaron grandes sustos tras una simple inyección de penicilina.
A medida que siga mejorando la calidad y la investigación de la atención médica en nuestro país, veremos como se eleva la cifra de daños producidos por el mal uso y el abuso de los medicamentos entre nuestros compatriotas.
La idea errónea de que los jabones más efectivos son los más fuertes e irritantes conduce a muchos al baño reiterado con jabones de azufre, de creolina, de perros…En enfermedades cutaneas que a lo zumo resiste un jabon de avena, recordemos que la piel es un organo vivo, sensible, resistente, pero delicado que debe ser tratado con delicadeza y sin maltratos.
El autor es dermatólogo del Centro Médico Dr. Ovalle, SFM
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