En nuestra sociedad, es común escuchar a personas aconsejar a quienes padecen depresión que «pongan de su parte». Aunque esta frase se ofrece con buenas intenciones, es esencial entender que no ayuda y puede ser profundamente dañina. La depresión no es una simple falta de voluntad ni un estado de ánimo pasajero que se pueda superar con esfuerzo personal.
La depresión es una enfermedad compleja que afecta profundamente la mente y el cuerpo. Decirle a alguien que simplemente debe esforzarse más ignora la naturaleza debilitante de esta condición. Esta actitud no solo minimiza la seriedad de la enfermedad, sino que también puede hacer que la persona afectada se sienta aún más impotente y culpable.
Recuerdo vívidamente cómo mi madre, una mujer que sufría de ataques de ansiedad y episodios de depresión, era abordada por un vecino que, con la mejor intención del mundo, le decía que «pusiera de su parte». Veía cómo su mirada se apagaba y su rostro reflejaba una mezcla de resignación y tristeza. Mi madre no eligió esta enfermedad; no quería pasar noches sin dormir, ni días en los que la comida perdiera su sabor y la vida su color.
Vivimos en una época donde la opinión se impone como verdad absoluta. Muchas veces, quienes no tienen formación en psicología o psiquiatría se permiten aconsejar sobre temas tan delicados como la depresión, sin comprender realmente lo que implica. La ignorancia y la falta de empatía pueden llevar a juicios injustos y comentarios hirientes que solo agravan el sufrimiento del afectado.
La pregunta crucial aquí es: ¿tienes formación en psicología? ¿Eres experto en tratar a pacientes con depresión? Si la respuesta es no, entonces es hora de dejar de juzgar y atacar. En lugar de eso, debemos hacer un esfuerzo consciente por ser comprensivos y solidarios. La clave está en ofrecer apoyo, amor y consuelo. Decirle a alguien que todo estará bien, que esta crisis pasará y que buscar ayuda profesional es un paso importante, es infinitamente más beneficioso que sugerir que todo depende de su voluntad.
En conclusión, la depresión requiere de un tratamiento adecuado y un entorno comprensivo. Necesitamos cambiar nuestra manera de abordar esta enfermedad, dejando de lado los juicios simplistas y adoptando una postura de apoyo incondicional. Solo así podremos ayudar verdaderamente a quienes luchan con esta oscura enfermedad, recordándoles que no están solos y que es posible encontrar la luz al final del túnel con el apoyo adecuado y el tratamiento correcto en manos de un profesional.