Cuenta nuestra historia republicana, que el profesor Juan Bosch y el coronel de Abril y Playa Caracoles, Francisco Alberto Caamaño Deñeó, fueron los primeros Presidentes de la República en ser electos y juramentados fuera de las instalaciones del Congreso Nacional.
En el caso de Caamaño, los Congresistas tomaron tal decisión el 3 de mayo de 1965, por la inseguridad que vivía el país por los hechos de violencia que arrojó el estallido de la Revolución Constitucionalista y la Segunda Intervención Militar de los Estados Unidos al pueblo dominicano.
Visto que exactamente mil 578 gobernantes, jefes de Estados e invitados especiales se habían inscritos, para estar presentes en el ceremonial de proclamación de Luis Abinader, sobrepasando el cupo del Salón de Asambleas del Congreso Nacional, el Poder Ejecutivo solicitó el salón “Carlos Piantini”, del Teatro Nacional.
Por el bullicio que originó tal solicitud, fue necesario que Senadores y Diputados aprobaran ayer que la sede de la Asamblea Nacional sea trasladada al Teatro Nacional, para la juramentación del reelecto presidente, Luis Abinader.
Si es del conocimiento que el Salón de Asambleas del Congreso Nacional, tiene una capacidad de apenas 326 asientos para personas, el bullicio que promovieron políticos y comunicadores de la oposición, no tuvo sentido.
Cuáles fueron los argumentos, ya por mandato de Senadores y Diputados, el viernes 16 de agosto el ceremonial se desarrolló en el Teatro Nacional.
