Corromper significa dañar, alterar, echar a perder, viciar, pervertir. Cambiar el propósito originario de una cosa, que deviene en algo negativamente considerado por la moral social.
En otras palabras la corrupción es el uso de la posición y el poder público para fines ilegítimos, inmorales, ilegales o diferentes a lo formalmente establecido.
Las sanciones a esas prácticas están previstas en los códigos de justicia. Aunque hay quienes consideran que el origen o causas de la corrupción en la administración pública son tan complejas como lo es la naturaleza humana, conocemos de países que determinados actos de corrupción tienen como castigo, la muerte.
Pues bien las promesas, prédicas y aparentes luchas de los gobiernos contra la corrupción, a la luz de los resultados se quedan en palabras y deseos. Recordamos la afirmación de Leonel Fernández cuando el PLD hacía oposición al gobierno que presidía el doctor Joaquín Balaguer. Dijo que cada año la corrupción se llevaba más de 30 mil millones de pesos entre las uñas.
En el desempeño de las funciones del presidente, Fernández promovió y creó organismos para evitar, detectar y castigar la corrupción. Luego el país vio que pese a que medios de comunicación presentaron muchos casos de corrupción con documentos probatorios, nada pasó pues los autores continuaron en sus cargos. Los 12 años de gobiernos de Leonel Fernández se registran en la historia dominicana como los de mayores escándalos de corrupcción estatal.
La corrupción sin castigo es impunidad y como la impunidad no genera consecuencias ni nadie responde por las acusaciones de los hechos cometidos, el saqueo de los recursos del Estado Dominicano crece de forma indetenible como bola de nieve. Por lo visto no hay tribunal de justicia que sancione, que imponga una pena, por mínima que sea, a un individuo corrupto en ejercicio del poder.
La educación dominicana enseña los valores cristianos. Un valor importante de la fe cristiana es la honestidad. Y no es precisamente la honestidad lo que practican desde el poder quienes han gobernado este país desde que se alcanzó la libertad hace más de 50 años.
Por eso la corrupción y la impunidad aumentan cada vez más la cantidad de pobres de este país. Es el ejemplo más evidente de lo que sociólogos y juristas llaman inversión de valores. Es el dominicano corrupto por naturaleza ?. No, pero si no recibe sanción se generaliza como ocurre desde hace más de 50 años.
Conocida la realidad dominicana hay que afirmar que a los protagonistas de los más famosos actos de corrupción no les ha faltado la prédica y enseñanza de los valores, lo que si ha faltado es un sistema de justicia sancionador. Es evidente que mientras el Poder Judicial dependa del Poder Ejecutivo (político) no habrá sanción a la corrupción y la impunidad ampliará su manto protector.