Desde que tengo uso de la razón cuando se habla de Haití, es referirse a una nación sumida en una constante crisis social. Los problemas de Haití son el ámbito político que deriva en consecuencia en crisis económica, social, de migración y seguridad pública.
La nación haitiana no es un secreto para nadie en algunas partes de su territorio, en particular la capital Puerto Príncipe según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) más de un 80 por ciento en su territorio es controlado por las bandas criminales que actúan al margen de la ley aun con la presencia de una fuerza militar internacional procedente de Kenia.
Esa situación continúa generando la forzosa salida de decenas de haitianos hacia otros territorios, en especial hacia la República Dominicana, como vecino país con el que comparten la isla.
A opinión del escritor haitiano Jean Gashman Bissainthe radicado en Estados Unidos sus compatriotas que emigran a otros territorios la mayoría permanece en el extranjero debido a la inseguridad pública en la que viven los haitiano en su propio territorio.
Esa inseguridad y estado de precariedad ha motivado la consistente migración irregular de haitianos hacia la nación dominicana donde se establecen y desarrollan sus vidas.
Los haitianos en pleno conocimiento de que no están regularizados legalmente se han tornado imprescindibles en los sectores como la agricultura y la construcción donde la fuerza laboral haitiana es necesaria y fundamental.
Basta con recorrer las provincias y zonas urbanas en la República Dominicana para constatar la masiva presencia de haitianos. En la actualidad, los haitianos irregulares superan a los que se encuentran de manera regular, es decir legalmente.
Esta realidad ha dado como consecuencia que en la actualidad, las mujeres haitianas superan en partos a las dominicanas en los propios hospitales dominicanos.
De acuerdo al Servicio Nacional de Salud (SNS) en enero del 2021, se registraron 8 mil 800 partos, de los cuales 2, 601 fueron de madres haitianas para un 29.6 % del total y en el 2022, los registros muestran un total de 10 mil 391 partos, de los que el 29.9% fue de madres haitianas, equivalentes a 3 mil 103 partos.
Mientras que, en el año 2023, el SNS registró 3,915 partos de las madres haitianas, equivalentes a un 36 por ciento. El organismo de salud contabiliza hasta enero del presente año que en los hospitales dominicanos se realizaron 8,611 partos, de los cuales 5, 554 fueron de madres dominicanas, para un 64% y 3, 048 correspondieron a madres de nacionalidad haitiana, para el 35.4 por ciento.
Los mayores porcentajes de los partos de las mujeres haitianas se registraron en los hospitales ubicados en la frontera con Haití como el General Melenciano, en Independencia con el 94.1% del total de los atendidos.
Otras provincias son Pedernales, en el hospital Elio Fiallo registró que el 65 % de los partos atendidos fueron de madres haitianas para el mes de enero. En Dajabón, el porcentaje de partos de madres haitianas fue de un 62.2 por ciento.
En el hospital Restauración fue de un 100 por ciento. En Montecristi alcanzó un 59.8% y un 100 % en los hospitales Guayubín y Julio Álvarez Acosta. En Santiago Rodríguez el porcentaje llegó al 56.1 % y en General Santiago Rodríguez fue de un 60.4 por ciento.
La situación antes descrita se repite con mayor y menor porcentaje en los hospitales de la provincia de Santiago, y en la provincia del Gran Santo Domingo.
En lo concerniente a la parte educativa, según cifras del Ministerio de Educación, los niños haitianos representan menos del 7 por ciento de la población en edad escolar en la República Dominicana.
Lo significativo de la presente situación, es el excesivo gasto económico que realiza el gobierno dominicano en los migrantes haitianos tanto en salud como en educación.
La realidad es que los dominicanos para recibir los servicios de salud y educación tienen que pagar y los haitianos no lo hacen y eso ha persistido por años.
El Servicio Nacional de Salud, establece que el gobierno de la República Dominicana invierte cada año de 10 a 15 mil millones de pesos en atención en los hospitales a pacientes adultos y pediátricos de origen haitiano.
Ante tal realidad, el gobierno dominicano que preside Luis Abinader Corona debe implementar y aplicar una estricta política migratoria y de control de sus fronteras con relación a la nación haitiana.
La Ley de Migración Núm 285-04 es clara en el sentido de que los extranjeros que no tienen un estatus legal deben ser removidos de la nación dominicana y el Código de Trabajo establece que el 80 % de los trabajadores de una empresa deben ser dominicanos.
La inmigración haitiana debe ser regulada mediante la simple aplicación de las leyes como una forma de mantener la ley y el orden migratorio en la República Dominicana, la cual no está en la capacidad de absolver a los miles de inmigrantes que de manera irregular permanecen en su territorio, en especial a los inmigrantes haitianos, los cuales requieren una respuesta de Estado.