Señores Botón, Palanquita o Touch, permítanme explicarles a mis lectores quiénes son ustedes. Desde el botón de la camisa, el botón del radio, el botón del control de la TV, el botón de la puerta de la casa, el botón de la lavadora, el botón del control de la puerta eléctrica de la marquesina, el botón de los ascensores de los centros médicos para subir de un piso a otro o bajar de la segunda a la primera, el botón del aparato para auto tomarse la presión, el del azúcar, el de la temperatura, el botón de la encendedora y de otros tantos botones que no recuerdo, pero que dependemos de ellos.
Ahora hablemos de la Palanquita, que solo voy a mencionar la de mayor dependencia para los humanos llamados civilizados: la palanquita del baño, responsable de expulsar todos los excrementos comidos el día anterior, si no se está estreñido. Porque si hay diarrea, el uso de la palanquita es tan frecuente que se te pueden pelar los dedos.
El Touch es un término en inglés que significa tocar suavemente para que funcione el teléfono celular y otras cosas, como la puerta eléctrica con infrarrojo. Solo basta un Touch y la puerta se abre.
Cada quien tiene una rutina de vida; quiero contarles la mía. A las 6:00 am suena la alarma del celular para despertarme; le doy un Touch para que STOP (se detenga la alarma), tomó el control de la TV y puncho el botón que dice Power, luego cambio el canal porque no me gusta a esa hora el programa “Hoy Mismo”. Lo cambió dándole a los botones 2 y 3, que es “El Sol de la Mañana”. Solo escucho al legalizado corrupto de Martínez Pozo por sus habilidades periodísticas para defender al político de turno. Es un ejemplo vivo de que con la prensa de República Dominicana no hay esperanza ideológica para una utopía de cambio social. ¡Estamos jodidos!
Terminado el baño con la cepillada, abro la nevera, sacó el té acostumbrado, que sirve para la gripe, el reumatismo, la artritis, estómago, los riñones, el páncreas, los huesos, el corazón, el mal de orina y, sobre todo, afloja la próstata, aumentando el deseo sexual. Coloco el té en la estufa, le doy al botón derecho y la prendo, comienzo los ejercicios en la caminadora, prendiendo el botón que dice Power. Sigo viendo televisión y escucho a doña Consuelo Despradel decir que en el debate en Estados Unidos, Kamala Harris le ganó a Donald Trump. Y él dijo que los migrantes haitianos se están comiendo los gatos, perros, toda la mascota de los niños blancos y, sobre todo, los patos de la Florida que embellecen los parques americanos.
Salí de la casa a trabajar, pero antes abrí la puerta principal bajando la palanquita. Abro el candado de la puerta de hierro, tomó la llave de la guagua, punchando el botón de POWER se abre la puerta de la marquesina.
Salí de mi casa feliz, pero con los dedos adoloridos de punchar tantos botones. Prendo la radio donde dice Power, me salió la Z 101.5, la que dejé de escuchar después de la muerte de Álvaro Arvelo. Cambié la emisora y salió Fefita la Grande dando las gracias al síndico de su pueblo, que le regaló oficialmente un pedacito de terreno en el cementerio de la ciudad para que haga su tumba al gusto de ella. Me gustaría que fuera grande, con capacidad para dos mesas pequeñas, que los visitantes puedan sentarse y tomarse solo un trago, como la tumba del argentino El Gaucho, Carlos Gardel, donde cada turista prende dos cigarrillos, uno lo coloca en los dedos de la estatua de Gardel y el otro se lo fuma el turista escuchando el tango “Volver” o “Cuesta Abajo”.
Y con Fefita, se busca en TikTok, dándole al Touch, y suenan sus mejores merengues, como “La Chiflera”, Vamos hablar inglés, o cualquier otro que en YouTube, con el touch otra vez, se busca.
A mis amigos, si algún día pierdo la memoria o me comienza el Alzheimer, me gustaría pedirles que me ayuden a determinar dónde mi mujer tiene el botón, el touch, y yo dónde tengo la palanquita para hacer pipí.
Atentamente,
Manolo Bonilla
El Botón o el Touch