Ahí vives amor, encerrado entre paredes grises y amargas.
Ahí te encuentras promontorio anhelado,
Encerrado sin mi piel poder alcanzar
Melodías mañaneras abarcan tu silencio y espacio retenido,
Incierto momento espero para incansablemente rezar en tu templo:
Eres olas y tsunami arrasador de tierras nuevas y malsanamente alejadas
Ahí vives amor, para bien o para mal.
¿Dónde encontrar tu ruido?
¿Dónde está tu cálida aurora? Allí se encuentra, pero tan alta y encerrada.
Ámbar melodiosos que cantan a mi ser,
Un mar vivo que respira, estremece mi llanto y relumbra entre tanta niebla urbana.