El acoso y hostigamiento sexual en el entorno escolar, ha experimentado un preocupante incremento en los últimos tiempos,como lo revelan los recientes casos, en que se han visto envueltos profesores activos del sistema educativo dominicano,unos de San Pedro de Macorís y otro de San Juan de la Maguana.
En mi primera opinión, estos lamentables episodios, están íntima y estrechamente relacionado con el proceso de descomposición social que vive tanto el mundo, como nuestro país,en ese tenor, debo hacer la precisión, de que existe un nexo, una interrelación entre dicho acoso sexual y cierto incremento en el irrespeto que se muestra hacia la dignidad de las personas, siendo este irrespeto entre otras causas, el resultado de las tendencias hedonistas y aviesamente sexualizada que la ideología capitalista ha puesto en la cabeza y psicología de la mayoría de las personas del llamado mundo postmoderno, en donde el relativismo ético ha hecho muy difuso, los límites entre lo bueno y lo malo y entre lo correcto y lo incorrecto.
En aras de no extenderme más allá de lo necesario, paso de inmediato a enumerar los componentes de un protocolo que debiera regir las relaciones entre alumnas(os) y profesores en los centros escolares,como instrumento de prevención al denigrante fenómeno que representa el acoso sexual en el ámbito escolar.
- (1) Prestarle atención en la intervención académico-curricular al concepto de dignidad humana,muy relacionado al derecho que tenemos las personas de no ser tocados sin consentimiento, esto es el llamado derecho al cuerpo.
- (2) Insistir tanto con los profesores como con los estudiantes, para que eviten contacto físico innecesario, tales como abrazos, besos y rozamientos, ya que los mismos pueden incitar y excitar al mismo tiempo, a cualquier persona a buscar gratificación sexual.
- (3) Los maestros no deberán invitar jamás a estudiantes a salir y a disfrutar de eventos festivos de forma personal e individual.
- (4) Los maestros deberán abstenerse de realizar bromas y comentarios alusivos a cualquier defecto o atractivo físico que sea evidente en el cuerpo o anatomía de sus alumnas.
- (5) El personal escolar profesionalizado en el ámbito de la conducta humana en el centro escolar, deberá estar atento a cualquier manifestación o expresión de lujuria que muestren los profesores, a los fines de intervenirlos y prevenirlos, de sobre las consecuencias negativas que dicha lujuria pudiera ocasionarle en las relaciones con sus alumnas.
Finalmente; nunca debemos olvidar que el acoso sexual es una práctica humillante y degradante que incomoda e insulta en su honor y vergüenza al que es víctima de dicho acoso.