El mundo es un lugar diverso, lleno de contrastes, donde el brillo de la abundancia convive con la sombra de la necesidad. Pero hay algo maravilloso que emerge de esta dualidad: la generosidad. Y es que muchas veces, quienes menos tuvieron, se convierten en los corazones más dispuestos a dar. Hoy quiero hablarles de los donadores, esas almas que comparten lo que tienen con otros, especialmente en una fecha tan mágica como el Día de los Santos Reyes, donde miles de niños reciben regalos de manos que ellos no conocen. Quiero destacar tres tipos de donadores que sobresalen: los filántropos, las empresas con compromiso social y, por supuesto, las personas que alguna vez vivieron en la precariedad.
Quiero empezar con una historia. Imagine a un niño llamado Juan. Creció en una humilde casita de madera, en un barrio donde las noches se llenaban de grillos y silencios rotos por el eco de la precariedad. Su madre lavaba ropa ajena para poner algo en la mesa, y Juan solía ir a la escuela con el uniforme remendado y zapatos gastados.
Un 6 de enero, cuando Juan apenas tenía ocho años, despertó con la ilusión de encontrar un regalo bajo su cama. Contra todo pronóstico, encontró una pequeña pelota de goma y un par de dulces. No sabía de dónde habían venido, pero ese gesto marcó su corazón para siempre. Años después, Juan logró convertirse en empresario, y hoy dedica gran parte de sus recursos a repartir regalos el Día de Reyes a niños como el que él fue. «Doy porque alguien un día me dio», dice. Su historia es un reflejo de uno de los tipos de donadores que quiero compartirles hoy.
1. Los Filántropos
El primer grupo son los filántropos. Estas son personas con una gran capacidad económica que deciden destinar parte de sus recursos a causas sociales. Los filántropos suelen financiar proyectos a gran escala, como hospitales, universidades o programas que llenan de magia los corazones de los niños en fechas especiales como esta.
En la República Dominicana, también contamos con filántropos locales que organizan iniciativas como «Un Juguete para Cada Niño», llevando alegría y esperanza a comunidades rurales y barrios vulnerables. Su contribución es un recordatorio de que, con grandes privilegios, vienen grandes responsabilidades.
2. Empresas y su Compromiso Social
El segundo tipo de donadores lo conforman las empresas con un fuerte compromiso social. Cada vez más, las organizaciones entienden que no basta con generar ganancias; también deben generar impacto positivo. Estas empresas dedican parte de sus recursos a programas sociales, ya sea a través de donaciones, proyectos sostenibles o voluntariado corporativo.
Pensemos en aquellas empresas que financian caravanas de Reyes Magos, distribuyendo juguetes y meriendas en zonas de escasos recursos. Algunas incluso organizan actividades recreativas para niños, creando momentos inolvidables que van más allá de los regalos. Este tipo de acciones no solo benefician a la sociedad, sino que también fortalecen el sentido de pertenencia entre sus empleados y mejoran su reputación.
3. Personas que Vivieron en Precariedad
Por último, y para mí los más emotivos, están las personas que crecieron en condiciones de escasez. Ellos entienden, desde lo más profundo de su ser, lo que significa no tener. Estas personas, como Juan, son muchas veces las primeras en ayudar cuando ven a alguien pasando por lo mismo que ellos vivieron.
En el Día de Reyes, son quienes lideran colectas en sus comunidades, recolectando juguetes usados, envolviéndolos con amor y entregándolos como si fueran nuevos. No tienen grandes fortunas, pero su corazón es inmenso. Su generosidad no se mide en cifras, sino en la profundidad de su empatía. Son esos que se disfrazan de Reyes Magos y recorren barrios, llevando no solo regalos, sino también esperanza y alegría.
La generosidad tiene muchas formas, pero su esencia es siempre la misma: dar para transformar. El Día de los Santos Reyes es un recordatorio poderoso de cómo los donadores, desde sus distintas posiciones, deciden hacer la diferencia. Ya sea un filántropo que financia grandes eventos, una empresa que moviliza recursos para hacer sonreír a cientos de niños, o una persona que comparte el poco pan que tiene, todos están unidos por un mismo espíritu.
Así que, amigo lector, te invito a reflexionar: ¿Cómo puedes ser tú también parte de este maravilloso grupo de donadores? Porque, al final del día, dar no es solo un acto de generosidad; es también un acto de humanidad, y en este día especial, un acto de magia que transforma sueños en realidad.