Nueva York.- El restaurant Hudson View, ubicado en la misma esquina de la calle 181 y la avenida Fort Washington, es el único de los “tantos” establecidos en los vecindarios dominicanos de Washington Heights e Inwood que exhibe públicamente la bandera con los colores rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul y púrpura, que identifica el orgullo de los gays, lesbianas, bisexuales y transexuales (LGBT).
En dichas áreas residen miles de dominicanos, rusos, judíos, entre otras etnias, y en la misma esquina hay una base de taxi improvisada establecida por choferes dominicanos; una estación del tren A; incontables y diferentes negocios, muchos de los cuales sus propietarios son quisqueyanos. Dicho restaurant, con décadas de establecido, es visitado por escasos criollos y en el mismo no hay trabajadores del país caribeño. Los dominicanos que trabajan en el área, transitan o la frecuentan, no hacen ningún tipo de comentario ni tampoco se detienen a observar la bandera.
Preguntamos a un transeúnte con aspecto quisqueyano si tenía alguna opinión sobre el establecimiento. Se identificó como el licenciado Frank Calcaño Moronta, cibaeño, de profesión sociólogo, y expresó que todo tipo de discriminación es intolerable, y así lo expresa cualquier defensor de los derechos humanos; tanto es así, que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, anunció que la organización reconocerá todos los matrimonios entre personas del mismo sexo de sus empleados, sin importar su nacionalidad. Además, a nadie se le escapa que el hecho de que no se respeten los derechos más fundamentales tiene consecuencias sobre la estabilidad y el desarrollo social de un país.
Hoy por hoy, 17 países (Holanda, Bélgica, España, Canadá, Suráfrica, Noruega, Suecia, Portugal, Islandia, Argentina, Dinamarca, Francia, Brasil, Uruguay, Nueva Zelanda, el Reino Unido y Luxemburgo) han legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo. A ellos se suman, Estados Unidos y México, donde estas uniones son legales en partes del territorio.
Según datos de la ONU, en 76 países existen leyes discriminatorias que tipifican como delito las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, y en lugares como Irán, Mauritania, Arabia Saudita, Sudán y Yemen la homosexualidad se castiga con la pena de muerte.
El matrimonio entre personas del mismo sexo se abre paso poco a poco en el mundo, el colectivo incluso cuenta ya con una actitud más comprensiva por parte del papa Francisco, quien proclamó recientemente «Si una persona que es gay busca al Señor y tiene buena voluntad, quien soy yo para juzgarla. La Iglesia Católica explica y dice no se deben marginar a esas personas y que deben ser integradas en la sociedad», afirmó el Papa.
Barack Obama, el presidente de los Estados Unidos, también hizo un llamamiento recientemente a todas las naciones a unirse en la defensa de los derechos humanos universales de «nuestros hermanos y hermanas LGBT».
Luego observamos unos de los taxistas de allí ofrecerle un café en el negocio a unos de sus compañeros y su repuesta fue un “San Antonio” del tamaño de la Estatua de La Libertad.