La temporada 2010-11 significó el último viso de estabilidad del grupo dirigido por la familia Genao, alejando el conjunto francomacorisano del campeonato y llevándolo a un oscurantismo que remeneó los cimientos de la LIDOM.
En la estación 2010-11 los Potros, dirigidos por Felix Fermín, ocuparon la cuarta posición en la Serie Regular (25-24). En el Round Robin terminaron empatados con las Estrellas, jugando y perdiendo un partido de desempate con los verdes en San Pedro de Macorís. Fue la segunda ocasión que caían vencidos en un juego de muerte súbita ante los Orientales (la otra vez, desaprovecharon la posibilidad de su primera clasificación a play off el 31 de diciembre de 1997, cayendo ante los Paquidermos).
Tras bastidores Miguel Tejada compró el 71 % de las acciones del conjunto en el 2010, a sabiendas que no se podía ser juez y parte. José-Kiko-Duarte asumió la presidencia del equipo en septiembre del 2011.
Después de ahí comenzaron a verse los refajos vinotintos. En el 2011-12 inició Arturo De Freites como manager, terminando Héctor de la Cruz, la Manta, como dirigente ese año. Pasaron a la postemporada por sexto año seguido, después de vencer a los Toros en un juego extra en el Julián Javier (25-26). Luis Dorante y Félix Fermín dirigieron en un periodo de tres años. Los siguientes tres, incluyendo la temporada pasada, seis hombres manejaron el equipo.
En el 2012-13 quedaron fuera de la clasificación, la principal causa producida por asuntos económicos, a parte de perder siete de los últimos nueve juegos, todos recuerdan el jonrón con las bases llenas de Mauro Gómez ante Jhonny Núñez, eso originó un desbarajuste en la moral y posterior descalificación por vez primera desde el 2005-06.
Hasta ahí todo luce normal, sin embargo, todas las quincenas se presentaban los casacambistas ante las puertas del estadio, pues los jugadores tenían que vender sus cheques como si fuera un ayuntamiento cualquiera de nuestro país, una cosa nunca vista en el Otoño-Invierno. Un Empleado de cierta jerarquía me confesó que solo cobro normal la primera de cuatro quincenas.
Se recuerda los cambios-ventas de Ramón Santiago, Juan Francisco, Erick Almonte y el de Pedro Strop, este último por un jugador a ser nombrado más tarde. Ese jugador todavía no llega ni ha sido nombrado en San Francisco. Dios mío, cuantas cosas se cometieron en tu nombre.
El año pasado se armó la de Caín y Abel, recordamos lo de la fianza entregada por Kiko Duarte a la Liga, las palabras proféticas de Matos Berrido al decir en la Semana Deportiva que los Gigantes no tenían problemas económicos, para despúes secarle un lado a Hector José y a Samir Rizek, visitando casi a diario sus oficinas para ofrecerles la franquicia. Que conste, independientemente que les interesara o no el equipo a los Rizek, el Sultán de LIDOM les ofreció ese caramelo envenenado en bandeja de plata (cambiando el nombre, otra vez, a Indios del Cibao).
Fue la primera vez, ante la justicia y todo el país, que el omnisciente, todopoderoso e invencible presidente pierde el pulso, gracias a un abogado de nuestra provincia, el doctor Rondón. Nunca se había visto a su majestad flaquear de tal manera.
En fin, el año pasado los potros perdieron la oportunidad de conseguir otro campeonato, finalizando con un jonrón del hijo pródigo, Juan Francisco, el Caballo Azul.
Este año los Gigantes, con una visión y misión que aparenta ser a largo plazo por la familia Rizek, ocupan la primera posición del torneo. Toda una región sueña con el anhelado campeonato.
En mi caso me siento satisfecho por el efecto de publicar una serie de artículos sobre la verdadera historia, sin maquillaje ni filtro de porqué los Gigantes no han sido campeones.