La verdad es que este país es pequeño en extensión, pero enorme en las cosas raras que se han producido y se producen a lo largo y ancho de su preciosa geografía.
Hace ya varios años, muchos lectores se recordarán, la noticia del día, bien exótica, curiosa y comentada por casi todos los medios de entonces, fue el robo de un avestruz en el zoológico de Moca, que para mayor desolación de sus laboriosos habitantes, era el único ejemplar que tenían.
Uno estaba y está ya bastante acostumbrado a que se lleven cualquier cosa, los cables del tendido eléctrico, las tapas de alcantarilla, los bustos de las estatuas, las verjas, y todo lo que tenga o huela a metal… pero eso de robarse un avestruz …como que se pasa de la raya, por lo que suscita muchas preguntas.
Quién o quiénes fueron tan ¿osados? para robarse esta curiosa ave que los científicos llaman Struthio Camelus, una gran corredora de las sabanas africanas, pues sus alas atrofiadas no le permiten volar.
¿Cómo pudo o pudieron llevarse el animal? ¿Lo ataron en el saco de un «robalagallina» cualquiera? ¿Le echaron maíz o migas de pan hasta sacarlo fuera de su recinto? ¿Lo encantaron con una flauta hindú? ¿Lo sedujeron prometiéndole una vida más libre y natural en un hermoso potrero? La verdad es que hay que tener bastante de artista y amante de lo ajeno para hacer un hurto tan singular como ese.
Pero lo que más nos causa curiosidad es para qué pudo servirle el avestruz a la persona que se lo llevó. Lo primero que se nos ocurre es que como el pollo había subido tanto de precio y tiene una carne muy parecida y sabrosa, tal vez el caco quería solucionar un problema doméstico de tipo culinario y económico, pues si bien el animal era todavía un ¨ polluelo ¨ tenía nada menos que 35 libras, eso rinde en el caldero como 8 ó 10 pollos de granja, toda una provisión nutritiva que puede durarle a la familia un mes, si la administra bien y se acompaña de un arroz blanco o un morito con guandules.
Y si lo llega a criar en un corral…¡ ni digamos ! pues los avestruces adultos llegan a alcanzar las 260 libras de peso…un buen botín de proteínas para medio año.
Otra idea que se nos ocurre, menos materialista, es que tal vez alguien se lo llevó para adoptarlo como una mascota de puro adorno y compañía.
Si unos tienen loros, periquitos o cotorras ¿por qué no exhibir un avestruz en la galería de la casa? Es mucho más exótico, posiblemente no llegue a hablar ni a decir lo de cuca, cuca, piojito, hola, o alguna palabra malsonante que los muchachos traviesos siempre les enseñan, pero sin duda causará mucha curiosidad, admiración y hasta envidia en el vecindario.
También podría haber sido robado para la explotación de huevos, los de avestruz llegan a pesar de uno a dos kilos, es decir entre quince y treinta huevos de gallina, y además hay mucha gente que los compra para tenerlos como simple adorno en su casa.
Con un solo ejemplar que pone entre 5 y 20 huevos por vez y entre 200 y 300 por año, ya se tiene un gallinero completo, así no hacen falta cientos de gallinas ponedoras que nunca paran de comer, hay menos trabajo y menos molestoso cacareo.
También podríamos pensar que algún dinámico promotor deportivo podría organizar la primera carrera en el mundo enfrentando al hombre y el avestruz, ya que estas formidables corredoras alcanzan la notable velocidad de 60-65 kilómetros hora, y sería un interesante, novedoso y hasta lucrativo espectáculo.
En fin, son muchas las especulaciones que pueden hacerse sobre este suceso, único hasta el momento ha habido nuestro país en el género avícola.
Lo que si parece cierto es que tenemos que ir haciéndonos a la idea de que si en su día se robaron un avestruz, un día cualquiera desaparecerá una montaña, un crucero marítimo, o hasta el aire que respiramos ¡Qué barbaridad!