El patricio Juan Pablo Duarte y los próceres que abrazaron la idea de construir una nueva República, proclamada con el histórico “Trabucazo” de Mella el 27 de Febrero de 1844, en medio del debate de ideas y propósitos de liderar los estamentos del naciente Gobierno, hicieron posible la primera Carta Magna en ese mismo año.
Con ese instrumento ordenativo y reivindicativo, la nueva República se presentó ante el mundo como Nación Libre e Independiente de toda potencia extranjera, con Bandera y Escudo propio, que sirvieron de orgullo para los Trinitarios y fuerza motivadora para otros países que luchaban por su autodeterminación.
La Constitución que parieron los luchadores independentistas el 6 de Noviembre del 1844, ha sido zarandeada en un total de 49 ocasiones, con el sabio auspicio de gobernantes para ajustarla a la medida de sus trajes, sin importar los sabios y patrióticos cuestionamientos de buenos y sanos dominicanos.
Asumido el poder el profesor Juan Bosch el 27 de Febrero de 1963, los congresistas aprobaron una modificación, la cual fue resaltada como patriótica y revolucionaria, pero fue derrotada por el Golpe de Estado de ese mismo año y por su reivindicación, miles de dominicanos ofrendaron sus vidas en las Trincheras del Honor en medio de la Revolución Constitucionalista del 24 de Abril de 1965.
Este mismo pueblo con el sacrificio de sus mejores hijos se levantó en armas el 25 de Junio, bajo la motivación de restaurar la Constitución de 1963, sin embargo cuenta la historia que “Los Vinchos”, ni siquiera cobardemente por debajo de la cama sacaron su cabeza por dicho propósito.
Quizás sin pretender imponer nuestros criterios, pero “Los Vinchos” deben saber que la Constitución ha de ser defendida a sangre y fuego en cualquier escenario, no por intereses personales e intereses de grupos. Sin miedo esperamos respuestas