En los primeros años del surgimiento del Movimiento Clubistico en esta ciudad, que se remonta a la década del 70, las autoridades policiales, del Ayuntamiento y de Salud Pública, se vieron compelidas a cerrar los Bares, Casas de Citas y Prostíbulos que existían en barrios de la Zona Norte y otros puntos de la ciudad.
Igualmente pretenden hacer las actuales autoridades del Gobierno de Danilo Medina en la ciudad de Santo Domingo, en atención a una solicitud que formularon los dirigentes de la Federación Dominicana de Comerciantes ante el Congreso, que plantean la creación de una Zona de Tolerancia para escuchar música a alto volumen.
Con esta solicitud, se busca contrarrestar la valiente decisión del Ministerio Público y otros organismos del Estado, de confiscar bocinas y equipos de músicas en la capital dominicana a Centros Cerveceros y Colmadones que escandalizan a la ciudadanía y en consecuencia producen daños a la salud de sus vecinos.
Esta solicitud de corte irracional debe ser rechazada y muy contrario en atención a la Ley número 64-00 que persigue la contaminación sónica, el Ministerio Público debe extender a todo el país su política de protección al Medioambiente, confiscando por igual cada aparato que portan las llamadas guaguas anunciadoras, sobretodo los que pertenecen a funcionarios y políticos oficialistas.
Sin miedo y sin temor eliminemos esos aparatos que producen daños en el sistema auditivo humano, porque de lo contrario, en un futuro no muy lejano, todos estaremos presentando síntomas de sorderas, que podrían ser irreparables.