La Iglesia que peregrina en la República Dominicana es joven y dinámica, que vive su experiencia pastoral con todos los deseos de hacer del Evangelio de Jesucristo, su vida. En ese sentido, cada cristiano participa frecuentemente de encuentros donde el elemento visible más evidente son las peregrinaciones. Es casi imposible obviar dentro de la vida de fe de un católico, su referencia peregrinativa. Este fenómeno lo podemos comprobar contemporáneamente tanto a nivel de la Iglesia local como Universal.
Para comprender el Pueblo peregrino de Dios del Siglo XXI, no son suficientes los clásicos Tratados de Eclesiología conocidos en el pasado y el presente, se hace necesario integrar también la reflexión espiritual, las canciones y el camino, es decir, unir reflexión y acción o pastoral. En este contexto, preguntarse por el sentido de ser peregrino abre un espacio más que favorable de enriquecimiento a la comprensión y a la reflexión teológica sobre la Iglesia, porque peregrinar para el ser humano es un aspecto existencial. No han existido y tampoco existirán en la historia de la humanidad, sociedades que no migren. Sin embargo, este hecho no ha tenido eco aún hoy al interno de la reflexión teológica, a pesar de ser un elemento esencial y común a todas las religiones.
Desde el punto de vista bíblico, el tema ha sido analizado básicamente en el Antiguo Testamento, porque es un elemento que identifica al Pueblo de Israel en el desierto (Ex 14), siendo olvidado, sin embargo, en el Nuevo Testamento, aún cuando Jesucristo, el Hijo de Dios, se muestra de principio a fin de su misión como el “hombre del éxodo” (Lc 9,29-31), el peregrino por excelencia.
Durante la Edad Media y la Edad Moderna la eclesiología que predominó fue la concepción de Iglesia Militante, que es la parte opuesta de una eclesiología fundamentada sobre bases peregrinativas y bajo el Modelo de Pueblo de Dios.
La renovación de la Iglesia a la cual nos convocó el Papa san Juan XXIII en el Concilio Vaticano II, encuentra su espacio de realización en un Modelo de Iglesia peregrina, es decir, la Iglesia comprendida como Pueblo peregrino de Dios entre los pueblos de la tierra.