EL JAYA ha apoyado y defendido la inversión de recursos económicos del gobierno del Presidente Danilo Medina en la educación.
Se habla del 4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) lo que significa que cada año el Ministerio de Educación administra más de 100 mil millones de pesos.
El apetito que despierta el manejar tanto dinero estimula la práctica más descarada de las diferentes maneras de corrupción.
Lamentablemente tuvo que suicidarse un arquitecto, no para llamar ni denunciar la corrupción en una de las dependencias gubernamentales que se involucran en el manejo del dinero con que el gobierno paga las construcciones del Ministerio de Educación.
David Rodríguez García se quitó la vida porque lo habían estafado y endeudado funcionarios de la llamada Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE).
En esa oficina le retenían el pago de cubicaciones por trabajos hechos, lo amenazaban con quitarle la obra si no adelantaba a ritmo del tiempo programado para terminar la construcción.
Al no entregarle el dinero de las cubaciones entonces le prestaban a una alta comisión que se unía al descuento automático del 10 % que le hacía el Banco de Reserva aunque no hubiese recibido dinero de la línea de crédito que les abrió el gobierno a los ingenieros contratistas.
Desesperado por las deudas y por el peso de otros compromisos, David se suicidó forzado por una de las tantas prácticas criminales y vergonzosas de corrupción que, dicho sea de paso, no son nuevas pero los mafiosos enquistados dentro de esos organismos del gobierno las mantienen y las perfeccionan.
Es deplorable que esa y otras formas de corrupción en instituciones del Estado Dominicano permanezcan con la complicidad de las víctimas y de los gremios de profesionales que las agrupan y que están llamadas a denunciarlas. El Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (Codia) apareció tarde a denunciar los bochornosos actos de corrupción que se practican en las instituciones del estado vinculadas con la construcción de obras.
Cuando se inició el sistema de sorteos para la construcción de obras del estado, se produjo en el país una enorme algarabía porque es la forma más democrática para que profesionales de escasos recursos de la ingeniería, la arquitectura y afines puedan beneficiarse del presupuesto que destina el gobierno en las edificaciones.
El gobierno del Presidente Danilo Medina puso en marcha una forma de hacer justicia en beneficio de miles de profesionales de la ingeniería a partir del 4% que decidió invertir en educación.
No hay dudas de que esas medidas elevaron la popularidad del mandatario, pero ahora comienzan a revelarse grandes debilidades de políticas que se sustentan más sobre bases emocionales e improvisadas que en lo institucional.
Así no, señor Presidente; controle y expulse a los mafiosos que lo están desacreditando; recuerde que usted prometíó hacer un gobierno ético y moral.
La muerte del arquitecto constituye una verdadera tragedia que obliga al Presidente Medina a vigilar y reclamar a sus colaboradores más cercanos como son los cabeza de los ministerios del estado para que controlen hasta erradicar las múltiples formas de corrupción que se practican en las instituciones estatales.