El dengue, la Oisoe y el 4% de Educación, los sueldos cebolla de los policías, delincuencia en doble vía, reforma policial, compra de la reelección, creciente endeudamiento externo y público.
Estos ingredientes son parte del coctel de temas que bate la opinión pública frente al gobierno peledeísta que encabeza Danilo Medina que, obviamente sin capacidad de respuestas, mantiene una mudez que echa a pique las expectativas de amplios sectores de la población de que se edifique un mejor futuro.
Si analizamos esos asuntos llegamos a la conclusión de que los políticos venden ilusiones sobre juramentos y juegan al olvido colectivo sin el menor pudor.
Están frescas, muy frescas en la memoria las promesas de campaña del Presidente Medina de que haría un gobierno ético y moral; que solo gobernaría por cuatro años, no más.
Prometió propiciar la reforma de la Policía Nacional; que pondría en marcha un programa efectivo contra la inseguridad y la delincuencia. Sin embargo ahora, en el más importante programa del gobierno que es el de construcciones escolares con recursos del 4%, se destapa en la llamada Oisoe, un grande escándalo de corrupción en el pago de las cubicaciones a los ingenieros que levantan las obras.
Tuvo que sacrificar su vida el arquitecto David Rodríguez, pero no para llamar la atención sobre los actos de corrupción que allí se practican, sino por las estafas de que era víctima. Pero no solo es él, porque cada constructor tiene y cuenta su historia de las muchas formas de corrupción que allí se aplican.
Al Presidente Medina se le olvidó las tantas veces que repitió de que era contrario de la reelección, con el argumento de que las instituciones de este país son muy frágiles y por tanto todos los intentos y proyectos de reeleccionistas acaban corrompiendo los cimientos de la democracia.
Ahora es el mismo Danilo Medina quien en su condición de presidente impulsa su proyecto de reelección sin importar la cantidad de millones de pesos ni las consecuencias.
La ciudadanía está atenta y reclama con urgencia la reforma de la Policía, que deberá ingresar como miembros a personas con otro perfil y con sueldo digno propio de las delicadas funciones que tienen que desempeñar. De este tema, sin embargo, solo se habla de cuando en vez.
Ya el gobierno cumplió tres años y no se vislumbra que ese proceso avance. En fecha reciente el raso Daurin Muñoz, desesperado hizo una denuncia en la cual describe la situación de miseria en que viven los agentes policiales en los rangos de capitán hacia abajo cuyos salarios los llamó Sueldos Cebolla, porque de verlos dan ganas de llorar, dijo.
Esa denuncia la grabó y la subió a las redes sociales para que todos oyéramos sus penurias y necesidades más urgentes. Pese a las promesas en el país la delincuencia aumenta en doble vía: la que cometen de manera masiva y simultánea los rateros en caminos, carreteras, autopistas, calles y avenidas y la que planifican y ejecutan los burócratas delincuentes, los de cuello blanco que de forma impune, sin sanciones tienen quebrado al Estado Dominicano.
Tan comprometidas y quebradas están las finanzas del Estado Dominicano, que los niños que nacen en estos momentos vienen con una deuda por adelantada de 150 mil pesos que les corresponde pagar para saldar la deuda externa; la deuda pública interna también crece en marcha acelerada
En materia de salud decenas de personas han muerto este año a causa del dengue, lo que delata descuido en los centros hospitalarios y la escasa prevención sobre una enfermedad que de modo cíclico ataca y tiene mayor incidencia en los meses de verano.
Sin dudas, Señor Presidente, se trata de un coctel amargo de fuerza expansiva para el pueblo cuya solución no debe usted dejarla al tiempo para vencer por cansancio.