La enfermedad cardiovascular subclínica, no da síntomas o presentan síntomas sutiles, si bien rara, es la causa más común de muerte entre los deportistas jóvenes, junto con las causas traumáticas.
La muerte súbita del deportista es una situación que lleva a la muerte del deportista en un espacio de hasta dos o tres horas una vez que se ha producido el primer síntoma.
Este primer síntoma suele ser un síncope, una pérdida de conciencia, espontáneo, es decir, que no es consecuencia de un traumatismo o accidente.
La pregunta sería ¿un deportista sano puede sufrir un episodio de muerte súbita?
La respuesta clara es que no, el problema es que hay personas que se consideran sanas pero que verdaderamente no lo son, porque tienen alguna enfermedad o defecto cardiovascular que no se ha diagnosticado, por lo tanto es recomendado evaluar a las personas que se van a someterse a ejercicios aun sea recreativos.
Al realizar la evaluación cardiovascular de un deportista buscamos prevenir posibles daños, siendo cardinal la prevención, como ya se mencionó, de la muerte súbita. En la evaluación de menores de 35 años que buscan realizar una actividad deportiva recreacional debemos obtener un buen historial, un examen físico y un electrocardiograma.
Si el paciente tiene historia familiar de muerte súbita, presenta un soplo o alteraciones electrocardiográficas deberíamos solicitar un ecocardiograma. Si la persona es de más de 35 años además de lo antes descrito se debe realizar prueba de esfuerzo.
Si la persona a evaluar realiza actividad deportiva competitiva organizada en ligas o federaciones, nacionales o internacionales, se sugiere realizar un ecocardiograma de rutina, debido al riesgo que agrega la competencia.