Para Jesús Leonel Celestino Morel, la práctica del baloncesto o cualquier deporte es esencial en la formación de las personas, no solo por los beneficios físicos que se obtienen, también la enseñanza de vida y vinculación que se logra en la sociedad.
“No importa el deporte que practiques cuando niño, la práctica deportiva conlleva disciplina, formación, enfoque y trabajo en equipo que son esenciales para la formación del ser humano. Además te activas socialmente, porque en ella forjarás los amigos que serán parte de tu vida de adulto”, explica el entrenador de baloncesto.
Celestino Morel cumplirá en diciembre 50 años, es ingeniero civil de profesión y apasionado con la enseñanza del baloncesto que realiza de manera voluntaria en el Club San Martín de Porres.
La labor desinteresada de Leo, le ha ganado el cariño y respeto tanto en el club San Martín como de todas las personas que ha tratado a través de sus entrenamientos que iniciaron de manera empírica desde los 16 años.
Cuando tomó la decisión de estudiar ingeniería, se alejó un poco de la práctica del baloncesto, pero como siempre ha considerado este deporte su hobbie, nunca ha dejado de capacitarse en esta disciplina.
Su formación como entrenador está avalada por diferentes cursos y diplomados. En 1998 realizó un posgrado en Baloncesto, en La Habana, Cuba, además cuenta con certificados como entrenador de Fiba America Nivel 1 y Nivel 2. También ha participado en cursos impartidos por entrenadores internacionales como Moncho Monsalve, Mario Pesquera, entre otros.
Confiesa que como entrenador nunca ha recibido un centavo y que tampoco lo ha esperado, pero por coincidencia de la vida muchos de sus trabajos como profesional de la ingeniería los ha realizado a ex-alumnos de sus prácticas de baloncesto que hoy son adultos.
Actualmente retomó las prácticas de iniciación de baloncesto del club con niños desde los seis años hasta los 12, los días martes, jueves a partir de las 5 de la tarde y sábados de 10 a 11.
“Cuando retomamos las prácticas los niños que recibíamos era a partir de nueve años, pero por insistencia de los padres que nos traían a sus hijos desde los seis, redujimos la edad”, comenta el entrenador.
Al ser cuestionado por qué prefería entrenar niños explicó que cuando le toco dirigir a nivel superior o categorías de mediana edad, recibía muchos jugadores con falta de fundamento de juego y disciplina.
“Yo he entrenado en todas las categorías pero al ver muchas deficiencias en esos jugadores decidí tomar los niños porque entiendo que en la formación inicial se pueden corregir muchos errores e inculcarles disciplina”, explicó.
Al evaluar la situación del baloncesto en San Francisco de Macorís, expresó que en un futuro se verán mejores resultados pero que los entrenadores deben hacer hincapié en la base y formación inicial de los atletas.
Pero explicó que, “el formador de talento debe ser un ejemplo para los niños, no puede ser alguien que les de un mal mensaje”.
Agregó que le gustaría llamar la atención de las autoridades deportivas y del baloncesto local, para que mantengan una programación de entrenamiento durante todo el año dirigida a los talentos locales en las diferentes categorías y lograr mejores resultados en las selecciones.
Leo expresa que seguirá trabajando y aportando desde ese espacio en favor del desarrollo del baloncesto y la sociedad en general.