El presidente del país debe ser una persona común, como la generalidad de los de su especie. Claro, con visión de padre de familia responsable. Sin embargo, la mayoría de los que han ostentado esa posición, se creen superdotados e infalibles y muy distantes de los demás miembros de la sociedad que dirigen. Posición que gracias al apoyo de estos lograron alcanzar. Esto es así, porque el poder es otorgado por el pueblo, al cual ese gobernante que fue elegido le debe corresponder.
Es lógico, que el protocolo dicte una serie de consideraciones en torno a él, que haya respeto a su figura, pero ese endiosamiento exacerbado en ocasiones raya en lo ridículo. El papel de este, debe estar asociado con la de un buen gerente, a sabiendas de la responsabilidad que ostenta, de ser el administrador de los recursos del pueblo. Este debe ser austero, plural, aglutinador, equitativo, pero sobretodo un fiel vigilante de los recursos que el pueblo puso bajo su protección. En nuestra historia jamás ha sido así.
Históricamente nuestros gobernantes han hecho todo lo contrario, a lo que deben hacer como osténtate de tan prestigioso galardón. Forman anillos colaterales, privilegian a unos pocos, permiten el surgimiento de núcleos gubernamentales, se aíslan de la población, se hacen los sordos y ciegos antes los demanes de algunos de sus colaboradores.
El auge de la corrupción no parece preocuparle, hacen uso de los dineros del presupuesto a discreción, no priorizan la inversión de los recursos, hasta que finalmente terminan sus periodos, con un pueblo diezmado, mientras que sus allegados ríen más que satisfecho, regocijado de su gestión.
Si yo fuera el presidente, mi gestión giraría en torno a cuatro aspectos fundamentales, de la vida del país. La educación, la salud, el aumento de la producción y la creación de empleos. Pero muy especialmente me esforzaría en hacer que haya una mejor distribución de la riqueza del país. Trabajaría por la recuperación y el respeto de la vida humana, los derechos ciudadanos y la dignidad perdida de la sociedad dominicana.
Esta demás decir que para lograr estas cosas, habría de detener de manera inmediata la corrupción privada y estatal, aplicaríamos el imperio de la ley a todos los violadores. Medidas que vendrían acompañadas con la apertura de procesos judiciales, a todos aquellos funcionarios que a la vista de todos se hayan enriquecidos a su paso por gobierno.
Un gobierno que importantice la educación y la salud, obviamente estará enfrentando la pobreza, la cual con el aumento de la producción y productividad en todos los órdenes posibilitara la creación de empleos y por ende una mejora en la calidad de vida del ciudadano de apie. Mi gobierno declararía la educación prioridad nacional, seguro que con ello nos estaríamos liberando del auge de la delincuencia, la violencia y la inseguridad.
Haríamos una gran inversión en la construcción de escuelas técnicas laborales a nivel nacional. Estas estarían orientadas a la capacitación de los jóvenes, que por múltiples razones no pudieron completar el proceso de escolaridad. Los cuales luego de graduados, con sus títulos en las manos de electricistas, plomeros, mecánicos, ebanistas, carpinteros, soldadores entre otros. Los mismos antes de salir recibirían instrucciones de profesores, en lo relativo a derechos y deberes ciudadanos y la importancia de su inserción a la vida productiva, como técnicos profesionales.
Iniciaríamos un proyecto de construcción de viviendas económicas, con miras a facilitar una vivienda digna a todos esos ciudadanos que habitan en zonas riesgosas del país. Eso sí, que impediríamos la ocupación de esos lugares de forma tajante luego de ser desalojados. También, estas serian asignadas a personas que las necesiten y cada beneficiario tendría que pagar una pequeña cuota, la cual serviría para recuperar parte de la inversión. Obviamente este dinero serviría, para la construcción de otros proyectos habitacionales con el mismo objetivo.
Como gobernante propugnaríamos por un rescate de la dignidad ciudadana, haciendo valer el derecho a la vida de todos los ciudadanos, sin importar estatus o condición social. Eliminaría todos los privilegios de que se hacen valer los funcionarios estatales, los cuales lejos de serviles al país desde sus posiciones, ellos van a servirse de este. Abogaría por un desarme de la población civil. Pondríamos en marcha un plan para que los militares y policías solo porten armas mientras se está en labores oficiales.
Este sería un plan piloto de seis (6) meses de duración, el cual sería evaluado, y dependiendo los resultados tendría continuidad o no. Naturalmente, que aquellas personas que sean sorprendidas portando armas de fuego de manera ilegal y/o permisos vencidos, irían a la cárcel por espacio de dos anos, antes de que su caso sea visto por un juez. Esto es, luego de la entrada en vigencia de la ley que prohibiría el porte y tenencia de armas de fuego.
Eliminaría por decreto ese abusivo sistema de financiar las campañas electorales futuras de los senadores y diputados, entiéndase (barrilito, cofrecito comidas gratis y demás privilegios que disfrutan los representantes bicamerales) en contraste con la miseria que destruye a quienes ellos dicen representar. Esto lo haría luego de intentar hacerlo mediante una ley, la cual supongo que ellos no aprobarían. Introduciría un proyecto de ley, en el cual los senadores y diputados solo tengan opción a una sola reelección, para regresar luego de cuatro anos. Esto lo haríamos con la intención de hacer más equitativo el sistema democrático, con relación a los posibles postulantes a ser miembros del primer poder del estado.
En mi gobierno nadie podría ganar más que el presidente, me pondría un salario de 1.0 millones, es mucho, si sabemos que el 80% de la población vive con un salario de menos de 15 mil pesos. Sin embargo, esta decisión seria para sentar las bases de que ningún funcionario devengue un salario mayor que el presidente. Construiría albergues provinciales y regionales, para ser usados por las personas que necesitan ser protegidas, ante el peligro de fenómenos naturales, los cuales azotan de manera cíclicas a la republica dominicana.
Les daría plenos poderes a los representantes de la justicia, de manera que cuente con todo apoyo del ejecutivo, para actuar sin ningún tipo de contemplación en contra de todos los violadores de los cánones instaurados por la carta magna. Reduciría la inversión en obras faraónicas para iniciar un proceso de restauración de las zonas productivas del país, mediante la construcción de puentes, carreteras, caminos vecinales, canchas deportivas, estadios de beisbol y pequeños dispensarios médicos, que sirvan de atención primaria para los pobladores de esas comunidades.
Crearíamos un fondo especial, el cual sería utilizado para suplir a las comunidades afectadas por fenómenos naturales, como ciclones, inundaciones, terremotos y cualquier otra contingencia inesperada. Estos fondos provendrían controlando la corrupción, el dispendio, las botellas, los addendum y básicamente con una mejor administración de los recursos del estado. Estas son las principales medidas que yo tomaría, entre otras que en este artículo no puedo enumerar.