El nombre de nudo gordiano, según la leyenda proviene de un campesino de Gordión , actual Anatolia, y él se llamaba Gordias, en cierta ocasión llevaba dos bueyes atados al yudo con unas cuerdas anudadas de modo tan complicadas que era imposible desatarlas.
Según la leyenda, el que lograra desatar este nudo, conquistaría a Oriente. Alejandro Magno, ni corto ni perezoso desenvainó su espada y cortó el nudo. Esa noche hubo una lluvia de rayos que simbolizaba la aprobación de Zeus.
Alejandro, expresó: «tanto monta cortar como desatar» (‘da lo mismo cortarlo que desatarlo’). Efectivamente, Alejandro conquistó Oriente.
Confieso que no tenía las pretensiones de escribir sobre la crisis del PRD, porque la mayoría de militantes y dirigentes del partido, estamos fastidiados con las situaciones internas que cíclicamente suceden a lo interno de nuestra institución partidaria. Frecuentemente estremecida por lucha no de tendencias ideológicas, sino por clanes que desean la herencia septuagenaria del PRD, como instrumento de poder gregario, el manejo de los fondos y ser contrapeso al gobierno existente.
Excúsenme por lo crudo, pero considero que quien ama su partido, jamás será capaz de alejarlo del poder.
Quise prevenir al Candidato del Partido, le remití una carta privada en Nov. del 2011, en la que hacia una reflexión sobre la necesidad de que hiciera los esfuerzos pertinentes para fraguar la unidad del partido, al no recibir respuesta, lo hice de manera pública aprovechando un artículo de Juan TH, criticando a Miguel, lo titulé: “ Dejad a Hipólito y Miguel”, pero en esa oportunidad ninguno de los dos se dieron por enterado, mientras tanto recibí cientos de correos de simpatizantes, militantes y dirigentes, que encontraban plausible mis preocupaciones y elegante el puente de plata que le colocaba al Presidente del Partido y al Candidato Presidencial para que se reencontraran.
Hipólito y Miguel, le hago un llamado a la reflexión sobre lo que significa el PRD, para el pueblo dominicano, esta institución política que constituye la más añeja solera dentro del concierto de instituciones políticas de la República Dominicana. Los procesos demandan actitudes inteligentes de sus líderes, siempre respondiendo a las necesidades históricas de sus pueblos.
Hoy por las circunstancias que fuesen hemos perdido las elecciones presidenciales, cuando el pueblo esperaba ansioso un cambio inminente. No hemos reflexionado sobre las causas que son múltiples y todos somos responsables, todos somos culpables empezando por mi persona, porque no hice todo lo que debí haber hecho, nunca es suficiente el sacrificio cuando no se logra la victoria. Hipólito porque aunque hizo más de lo posible, llegando a un 47% también cometió el pecado original, de romper con la regla de oro, hizo pronunciamientos espontáneos, que no debió hacer; Miguel por no integrarse, pero el gran culpable es la debilidad del sistema electoral dominicano, que tolera todos los descaros que le hicieron al PRD en las elecciones, uso de las fuerzas públicas para intimidar a los votantes del PRD, compra de conciencia, compra de cedula, patanas de electrodomésticos y abusos contra los periodistas que no fueran afectos al PLD y la hemorragia de recursos públicos a favor del candidato oficialista.
Entonces, es obligatorio preguntarse: ¿Es hora de buscar culpable o actuar con sentido autocritico a lo interno de los organismos del partido? Para readecuarnos debemos ejercer una oposición primero constructiva, critica, vigilante y responsable políticamente.
Tenemos la magnífica oportunidad de producir las transformaciones que los momentos históricos demandan, tenemos la urgente necesidad de producir la triangulación imprescindible para readecuar las viejas estructuras a un partido del Siglo XX1, los escenarios políticos han cambiado a nivel nacional, de América latina y de todos los continentes, estamos inmerso en la llamada era global, esto ha traído por consecuencia cambios fundamentales en nuestro ordenamiento como sociedad, nuestros ciudadanos hoy tienen otras necesidades perentorias que van más allá del disfrute de una democracia llenas de vicios e injusticias sociales.
Nuestro pueblo necesita otros tipos de políticos, otra visión en la conducción de la cosa pública y nuestro partido como instrumento para ese cambio perentorio debe empezar una nueva era, alejarse del clientelismo, clanes gobernantes y visiones mesiánicas de sus ejecutivos, mirando las bases como un conglomerado humano aportadores de votos.
Necesitamos un partido que valore cada hombre, cada mujer en su justa dimensión política, no todos tenemos que trabajar en la línea de masa, no, en los partidos hay infinidades de tareas que realizar. Debemos volver a sintonizarnos con el pueblo, con los sindicatos, las cooperativas, las sociedades culturales, sociedades profesionales, empresariales y sobre todo con el ciudadano ordinario, ese que es el gran artífice sobre el cual gira la grandeza de una nación.
Hipólito y Miguel, ustedes son dos dirigentes que tienen que actuar con altas miras en estos momentos, deben deponer actitudes personales y colocar el partido por encima de cualquier circunstancia por difícil que esta sea, en los partidos los conflictos se resuelven en la mesa del dialogo y esperando la próxima convención para que la militancia elija a sus dirigentes. Mi propuesta es esa, puede contemplarse una convención adelantada para que disminuyan las tensiones o simplemente que las autoridades agoten su tiempo, la historia es un juez implacable que colocará a cada uno de nosotros en el firmamento iluminado de los grandes patriotas o en la hoguera reservada para los traidores.
El autor es Miembro del CEN del PRD y Subsecretario de Asuntos Internacionales, Presidente Fundador de la Seccional del PRD en España.