A esta gracia que es la salvación solo podemos acceder por la fe, la biblia es muy clara en esto en el Hebreos 11:1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. En este punto debo establecer que lo contrario a la fe es el temor lo que significa que si no tienes la certeza (Seguridad, convicción) de lo que esperas vas a vivir lleno de temor.
El temor se opone a la fe y es generado por el rechazo, la biblia narra que en cierta ocasión los discípulos se acercaron a Jesús y le pidieron que les aumentara la fe a lo cual él respondió: si tuvieras fe como un granito de mostaza (La semilla más pequeña que existe) Lucas 17:5-6. Esto nos muestra que la medida de fe que necesitamos para sobrevivir la cotidianidad es casi insignificante.
La plataforma en la que nuestro enemigo opera es el temor, pero la biblia expresa que el perfecto amor de Dios hecha fuera el temor, así que a medida que nuestra relación con nuestro Padre Celestial crezca y experimentemos su amor hacia nosotros, que nos amó aun siendo pecadores el temor saldrá de nuestras vidas.
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; 2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. 3 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; 4 y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; 5 y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Romanos 5:1-5.
Aunque ciertamente nuestra medida de fe no necesita ser gigantesca para alcanzar la salvación, nuestra meta debe ser que nuestra fe crezca cada día hasta ver la voluntad de Dios hecha realidad en nosotros, nuestra familia, trabajo, iglesia, ciudad y nación.
Los versículos del 3-5 del pasaje de romanos 5 nos detallan de manera exacta el proceso que debe atravesar nuestra fe para poder crecer:
1. Tribulaciones: situaciones difíciles que muchas veces sacudirán nuestra fe y nos pueden hacer dudar de si realmente Dios está con nosotros.
2. Paciencia: Esperar sin desesperar, alineando nuestros tiempos al reloj del cielo sabiendo que aunque nuestra mente nos quiera hacer creer que Dios llega tarde el llega siempre justo a tiempo.
3. Pruebas: en este punto es que se sabe si realmente creemos lo que sale de nuestra boca, si nuestras acciones están alineadas a lo que decimos, si hemos dicho a todo pulmón que le serviremos a Dios, en el momento que nos falte el dinero, la comida o la salud, esto no debería afectar aquello de lo que estamos convencidos en nuestro corazón y es de que no importa lo que esté pasando Dios siempre permanece fiel.
4. Esperanza: es lo que nos ancla firmes en los planes de Dios cuando la tormenta arrecia, es la capacidad de poder descansar nuestro corazón en lo que Dios ha prometido y no en lo que nos muestran nuestras circunstancias. Y esta esperanza aunque para los que no tienen fe sea algo insólito para aquellos que creemos en Dios no nos es motivo de vergüenza porque es una evidencia de que el amor de Dios ha sido derramado en nuestro corazón.
Resulta peligroso para nuestra vida el no identificar este proceso porque entonces entraríamos en quejas, cuestionaríamos a Dios y viviríamos en una inconformidad constante. Si caemos en la desesperación entramos bajo el dominio de satanás a través del temor, no te quejes por lo que estas padeciendo hoy porque es tu experiencia y sabiduría de mañana. Luego que atravieses el proceso serás fortalecido en tu identidad y avanzaras en el destino marcado por Dios para ti.
Quiero que sepas que los planes de Dios para tu vida son de bien y no de mal y que a medida que crezcas en tu relación con El entenderás que todo tiene un propósito y que Él nos perfecciona a través de las pruebas que nos toca enfrentar. Bendigo tu vida en el nombre de Jesús y declaro que el propósito de Dios se cumple en tu vida y en la de tu familia.
No hay nada imposible para Dios …..Si crees verás la gloria de Dios!
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