El uso y abuso de los recursos del Estado, la recia oposición de la cúpula militar y policial balagueristas a un cambio de gobierno y la brutal y despiadada represión de la Policía Nacional y la Banda Colorá del partido reformista en todo el territorio nacional, obligaron al PRD y a las demás fuerzas políticas que integraban el acuerdo de Santiago a retirarse de la contienda electoral el 15 de mayo del año 1974 unas pocas horas antes de iniciarse el proceso de votación.
Don Antonio como candidato presidencial del acuerdo de Santiago recorrió de palmo a palmo todo el país presentando su programa de gobierno y sosteniendo encuentros, reuniones y contactos con amplios sectores y personas representativas de la sociedad dominicana, lo cual le permitió fortalecer su liderazgo político y convertirse en el candidato más ideal para derrotar al Dr. Balaguer en las elecciones del 16 de mayo del año 1978 y tratar de ponerle fin a la dictadura corrupta y sangrienta de los inolvidables 12 años de nuestra historia política.
El Dr. José Francisco Peña Gómez, líder y guía del PRD en las décadas de los 70 y 80, provisto de una extraordinaria capacidad y visión política, dentro de las tácticas adoptadas por su partido con miras a derrotar al Dr. Balaguer y llevar al PRD al poder en las elecciones de mayo del 1978, validó el surgimiento de tres tendencias políticas a lo interno de su organización y sirviendo como árbitro del proceso de campaña interna a lo largo del año 1977 logró celebrar la 8va convención interna que culminó con la escogencia del Sr. Antonio Guzmán como candidato a la presidencia de la República y en proporción a los votos obtenidos por los participantes, fueron escogidos el Licdo. Jacobo Majluta para la vicepresidencia y el Dr. Salvador Jorge Blanco electo para dirigir la presidencia del PRD y candidato a la senaduría de la capital en razón de ser estos tres altos dirigentes quienes encabezaban las tendencias políticas y las aspiraciones por la candidatura a la primera magistratura del Estado.
En la campaña interna por la candidatura presidencial comenzaron a surgir diversas diferencias políticas entre los partidarios del Sr. Antonio Guzmán y del Dr. Salvador Jorge Blanco, Guzmán planteaba un gobierno de transformaciones profundas y Salvador un gobierno de transición, estas contradicciones por el control del partido y por el futuro gobierno perredeista se profundizaron enormemente con el arribo al poder del presidente Antonio Guzmán el 16 de agosto del año 1978. Muchos de los funcionarios del nuevo presidente de la República iniciaron una campaña sistemática de desprecio, desconsideraciones y de cancelaciones de la administración pública de centenares de dirigentes y simpatizantes de Salvador Jorge Blanco, acusaban permanentemente al senador por la capital de Advenedizo y oportunista, esta actitud absurda inconsecuente y poco ética de los guzmancitas en contra de sus propios compañeros, provocó en los salvadoristas profundos y ardientes sentimientos de indignación, odios, rencores y enemistad que con el transcurrir del tiempo nunca tuvieron remedio y que lamentablemente no solamente desencadenaron en la trágica muerte de Don Antonio Guzmán, sino también en el retroceso político de la República Dominicana, en virtud de que por la misma circunstancia el presidente Salvador Jorge Blanco en vez de apoyar al Licdo. Jacobo Majluta en las elecciones de mayo del 86 decidió para desgracia de su familia y de su país, entregarle el poder político el 16 de agosto de 1986 al viejo caudillo reformista Dr. Joaquín Balaguer, quien gobernó de nuevo la República Dominica desde 1986 hasta 1996.
El presidente Antonio Guzmán, patriota, irreprensible, respetable, revolucionario, buen esposo, excelente padre y amigo sincero, quien había realizado una fructífera gestión de gobierno del 78 al 82, apegado a sus principios e ideales políticos, nunca intentó optar por la reelección presidencial a pesar de que la Carta Magna de aquella época no se lo impedía, Don Antonio le había manifestado a sus más cercanos colaboradores sus deseos de que el Dr. Peña Gómez fuese el candidato del PRD para las elecciones de mayo del año 1982, hablaba de que él tenía un gallo tapao, no obstante, por los vínculos de amistad y respeto del Dr. Peña Gómez con el Licdo. Jacobo Majluta, Peña se abstuvo de aspirar a la presidencia, razón por la cual Don Antonio se vio en la obligación de apoyar a su vicepresidente de la República y en la novena convención interna celebrada el 5 de noviembre del 1981, la unidad de acero integrada por los partidarios de Guzmán y Jacobo Majluta fueron ampliamente derrotados por la tendencia del Dr. Salvador Jorge Blanco.
Con la victoria de Salvador para la candidatura presidencial del PRD en las elecciones del 16 de mayo del año 1982, los dirigentes del candidato electo a su más alto nivel en una actitud de revanchismo político emprendieron acciones amenazantes en contra de Don Antonio y sus más cercanos colaboradores, los acusaban de actos de corrupción y enriquecimiento ilícito, sostenían los acusadores que una vez Don Antonio terminara su gestión de gobierno sería sentado en el banquillo de los acusados, estas reprochables y temerarias amenazas afectaron gravemente el honor, la moral y la integridad personal del presidente Antonio Guzmán quien sensiblemente afectado también por la soledad del poder porque la mayoría de sus funcionarios lo abandonaron para buscársela como leones hambrientos detrás de sus presas con el nuevo presidente de la República Salvador Jorge Blanco y por el ambiente de presión y chantajes al cual estaba siendo sometido por muchos de sus colaboradores que le demandaban exoneraciones de vehículos, apartamentos, ayudas económicas y diversos tipos de prebendas a los cuales Don Antonio se oponía, originaron estas causas irrefutables y no otras, para que Don Antonio con su pistola de reglamento se disparara en la cabeza aquel fatídico día 4 de julio del año 1982.