«No, nooó, no, basta rezar, hacen falta muchas cosas para preservar la paz».
Licenciado Danilo Medina Sánchez
Presidente Constitucional de la República
Para que haya paz y se preserve el orden constitucional, usted no puede lanzarse de la cabina al mar.
El piloto que dirige el vuelo de una nave área, con cientos de pasajeros a bordo, tiene una gran responsabilidad de que esa nave, salve casos fortuitos o fuerza mayor, toque tierra sin novedad y que sus pasajeros y su tripulación, todos lleguen a sus destinos sanos y salvos.
El capitán de un barco, tiene otra gran responsabilidad y en medio de cualquier tormenta que se presente en alta mar, tiene que mantener y dar seguridad a sus pasajeros de que la nave llegara a puerto seguro, y dar seguridad también de que en medio de una tormenta marítima, el último que saltará de la cabina al mar, será su capitán y su tripulación, pero, el Presidente de una República por pequeña que esta sea, debe ser el último que se lance de la cabina al mar y en medio de cualquier turbulencia social que se produzca, éste tiene que dar señal clara, de que está consiente de cuál fue la responsabilidad que asumió cuando el país lo escogió para que guiara su destino.
Porque una vez, el capitán del barco, el piloto de un avión o el Presidente de una República entra en pánico, el copiloto, entra también y ahí viene la estampida de los pasajeros.
Es verdad que la Constitución Dominicana señala el camino a seguir cuando el Presidente en medio del pánico se lanza al mar, se lanza al vacío, pero, quiero decirle al señor Presidente, que ese camino seria inseguro, inestable, vacilante y oscuro y se corre el riesgo, de que aquí haya una estampida social, peor que la poblada de 1984 que generó cientos de muertos de civiles, pues, la misión suya es la que le puso el país en su mano el 16 de agosto del 2016, que no es más que la de conducir en alto vuelo hasta el 16 de agosto del año 2020, y aunque se nota que la nave vuela con dificultad, se sabe que está tiene fuerza suficiente para llegar a su destino y tocar tierra sin novedad y que sus pasajeros todos salgamos ilesos, y así quedará demostrado que usted está consiente para que y porque se le escogió para dirigir la nave del Estado.
Es verdad que vamos con muchos problemas que se han generado en su gobierno, pero otros son acumulados desde que nació la República, y a usted le queda un buen trayecto de vuelo en el que muchos de esos problemas pueden ser mejorados, recuerde que el tiempo de cambiar de rumbo siempre existe aunque el margen de error sea más pequeño.
Pero recuerde señor Presidente que para que haya paz y se preserve el orden constitucional usted no puede lanzarse de la cabina al mar, y por último recuerde el estribillo de la canción del conjunto LOS GUARAGUAO, que dice «No, nooó, no, basta rezar, hacen falta muchas cosas para preservar la paz», y aprovecho la ocasión para saludarle con alta consideración y estima a su alta investidura.
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