El proceso democrático en la República Dominicana, comenzó a construirse con las elecciones del 20 de diciembre de 1962, en la que el profesor Juan Bosch ganó las elecciones, y como en todo proceso democrático, la población votante es la protagonista en dicho proceso y como es lógico y natural, mientras más usted práctica una actividad, más experiencia va adquiriendo, porque es tanta las veces que usted ejerce el sufragio, que aprende con el tiempo a sufragar en cualquier modalidad, pero no solo aprende a sufragar, aprende también a protestar, y lo hace de diferente manera, buscando dar señal, cuando no está de acuerdo con un partido o con un gobierno.
Antes tiraban piedras, quemaban gomas y sacaban banderas de otro color contraria al partido que se manifiesta en el frente de su casa, ahora, se dice bien entonado «Se van, Se van y se van», y otros hacen un ruido que retumba por encima al que lleva la caravana, y este ruido lo producen chocando una cacerola con otro objeto de metal, o aluminio que produce un sonido grave que se escucha en todos los confines de la Tierra.
A estos golpes le llaman ahora «LOS CACEROLAZOS», y estos se llevan a cabo en los barrios pobres del país, y crean incertidumbre al partido que le tocan los cacerolazos.
¿Por qué? donde esto se producen viven la mayor parte de los votantes del país, y crean más incertidumbre, porque estos ruidos mandan una señal de que esos pobladores no están contentos con la ejecutoria de gobierno, y dan la señal de que los programas sociales del gobierno no han llegado a sus hogares.
Pues, prefiere un bofetazo y no un cacerolazo.
Los cacerolazos son incómodos, porque los que marchamos, siempre esperamos que los moradores de los lugares por donde crucen la marcha, reciban esta con alegría y coloridos, que le produzcan entusiasmo a los que marchamos, porque de lo contrario, se produce una situación, como cuando usted visita un lugar y nadie lo recibe.
Pero, no todo es negativo, los cacerolazos al constituirse en una señal de disgusto, deben de ser estudiados rápidamente para corregir deficiencia, si es que hay tiempo para ello, y como para servir al que menos puede, Dios siempre tiene tiempo, el hombre que fue hecho a imagen de Dios, también debe tener ese tiempo.
Por mala suerte, los cacerolazos siempre se lo hacen al partido en el gobierno, porque los que gobiernan creen y son todos, que la población vive con la comunidad que viven ellos, y se creen que con los olores de su cocina, come el vecino.
Pero cuando usted ve que los cacerolazos se lo suenan en el frente de su casa, y participan vecinos del mismo condominio, es porque usted nunca se puso a la orden del vecino.
Los pobres nunca han tenido problema para saludar a los ricos, son estos últimos que siempre han tenido inconvenientes para saludar a los pobres, por eso dijo Juan Antonio Ali «Que cuando usted vea un rico comiendo junto con el pobre, o le debe el rico al pobre, o es del pobre la comida», pero, cuando usted vea que un pobre se niega a dar las manos a un rico o que el pobre no recibe al rico en su casa, o le vocea improperios cuando cruza por el frente de su hogar, sin importar las consecuencias es porque la situación es grave y aunque hasta ahora los ruidos son producidos por el choque de dos metales que aquí le llaman cacerolas, porque también podrían llegar más lejos los cacerolazos, quien sabe hasta dónde, pero lo más importante de esto, es que esto dan una señal clara de la inconformidad en la que viven los moradores de esos lugares.
El autor es abogado, Notario y ex procurador fiscal de la provincia Duarte.
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