El dirigente de baloncesto fue dado de alta el lunes 13 de abril, luego de estar hospitalizado en el Hospital Docente de la Policía Nacional a causa del Covid-19 desde el 17 de marzo.
Díaz Henríquez, vivió sus días más difíciles enfrentando una dura batalla contra el coronavirus que lo mantuvo internado durante un mes, entre los que estuvo ocho días en cuidados intensivos debatiéndose entre la vida y la muerte.
El reputado entrenador de baloncesto explicó su experiencia vivida durante una entrevista virtual que concedió al programa Fiebre Deportiva que produce Junior Matrillé, tres días después de recibir el alta médica del Hospital.
Díaz expresó agradecimiento primero a Dios, al cuerpo médico que lo atendió, su familia y todos las personas que estuvieron involucradas, además de las que lo mantuvieron en oración de sanación durante el largo proceso de recuperación.
Confiesa que la situación que vivió no desea que nadie pase por ella y quiere llevarle el mensaje a las personas que se cuiden y tomen todas la medidas preventivas y recomendaciones para evitar el contagio.
«Estuve en un estadio crítico, me ví de ‘aquel lado’, como dicen popularmente y es algo que no quisiera que nadie viviera esa experiencia» relató Díaz.
David presentó síntomas fuertes de dolor de cabeza y alta fiebre desde el miércoles 11 de marzo, previo a uno de los partidos del club de San Carlos, al cual dirigía en el Torneo de Baloncesto Superior del Distrito Nacional.
«Ese día jugamos a segunda hora, el dolor de cabeza y la fiebre me tenían tan mal que no podía conducir mi vehículo y le pedí al gerente del equipo Agustín Espinosa que me pasara a buscar para ir al juego.»
Comentó que «la espera del inicio del partido, fue un tormento enorme. Me tomé unas pastillas para calmarme la fiebre y pude dirigir el partido. Luego de la rueda de prensa al final del encuentro, el gerente me llevó a la clínica y pensamos que era algo momentáneo, me trataron los dolores y fui despachado esa noche» explicó.
A pesar de su estado de salud colocó al club San Carlos en el Torneo de Baloncesto con marca de cinco victorias y un revés (5-1), antes de detenerse el Torneo de Baloncesto del Distrito Nacional.
Los días siguientes los malestares siguieron y fue internado en una clínica privada en Santo Domingo donde fue diagnosticado y tratado como Dengue.
Después de los primeros tres días interno se agregaron los síntomas de tos y problemas respiratorios, desarrollando una neumonía severa.
Los médicos al ver que la neumonía era tan fuerte le hicieron la prueba en la que dio positivo al coronavirus y se comenzó a hacer el traslado al hospital de la Policía Nacional donde estuvo la mayor parte del tiempo interno.
«Al principio la situación en el nuevo hospital fue complicada y al ver que mi salud se estaba deteriorando llamé a mi familia, quienes pusieron al tanto a Rafael Uribe, presidente de la Fedombal, quien a su vez contactó a Luisin Mejía, Presidente del Comité Olímpico Dominicano.»
A partir de ahí las atenciones mejoraron, pero el deterioro físico no se detuvo lo que obligó a que Díaz fuera ingresado a la unidad de cuidados intensivos donde permaneció durante ocho días.
«Esos días fueron muy, muy difíciles, no podía depender de mí, sino de las enfermeras. Tenía que estar todo el tiempo con oxígeno, prácticamente no podía respirar y las complicaciones seguían avanzando.»
David Díaz, tras recibir el alta médica el entrenador francomacorisano ha ido recuperando su salud en cuarentena.
La tos no cedía y combinado con síntomas de diarrea, que durante unos 15 días los llevaron a perder 33 libras de peso corporal.
“De esos ochos días en cuidados intensivos hubieron tres extremadamente difíciles, que pensé que no podía sobrepasar”, confesó.
Resaltó que la parte de su fortaleza emocional estuvo en juego todo el tiempo, postrado en una cama, dependiendo de las enfermeras, sin comer, sin dormir, hasta tener episodios de delirios.
“En la unidad de cuidados intensivos del hospital habíamos entre siete u ocho pacientes y durante los días que estuve ahí, sacaron a tres de mis vecinos muertos, envueltos en algo blanco, directo a enterrarlos”, testificó.
En los episodios de delirio confiesa que tuvo muchos pensamientos negativos, sin embargo pensar en su familia y sus hijos le dieron mucha fortaleza.
“En esos momentos difíciles en lo primero que se piensa es en la familia y en los hijos. Yo pensaba, Dios mío mis muchachos. Yo sé que no quedarían solos, ni desamparados, pero no es fácil, yo todavía tengo que verlos crecer y estar con ellos”, se decía.
Dice que esos días crearon una conexión de él con Dios más fuerte, también sintió mucha confianza y fortaleza al ver que tantas personas estuvieron en oración por él.
Explicó que su recuperación durante los días que estuvo en intensivo llegó de repente.
“De momento me dormí un rato una tarde y de repente me desperté con otro estado de ánimo. Con un poco de hambre. Ahí sentí que las cosa cambiaron”.
A partir de ese momento comenzó a tener más apetito y el cuerpo médico se percató del cambio en la parte clínica y luego de unos días decidieron moverlo a una habitación fuera del UCI.
“Sin duda que esta experiencia me ha hecho un mejor ser humano. Ahora se empieza a valorar otras cosas que en el día a día se pasaban por alto”, manifestó Díaz.
David concluyó la entrevista reiterando su agradecimiento a Dios, su familia y todos los que de una forma u otra estuvieron pendientes a su salud.
En su cuenta de Instagram el 11 de abril publicó el mensaje que reproducimos en su totalidad en la franja de la derecha.