Señor DGII, sé que con ese nombre no suena, no te recuerdan, se confunde la gente, pero si digo impuestos internos a cualquiera se le engrifan los pelos. DGII, Dirección General de Impuestos Internos.
Permíteme aclarar que tu oficina en San Francisco de Macorís tiene el personal de mayor práctica de relaciones humanas de todas las oficinas del país, sin dejar de cumplir algunas veces las desgraciadas medidas que ustedes les bajan y conozcan al cliente o no que ustedes les bajan, pero siempre son amables.
Señor DGII, excuse mis malas palabras, pero coño la publicidad en los pueblos pequeños no es igual que en las ciudades grandes, como Santo Domingo y Santiago, aquí los comerciantes de San Francisco de Macorís son unos tira peos que todavía siguen creyendo que un anuncio de televisión o radio es una ayuda al productor del programa y hasta muchas veces son capaces de llamar o corregir y reprochar un comentario que haga el dueño del programa, inclusive quieren bajar línea contra un enemigo o una competencia que pueda afectar su comercio, pero el precio que pagan por la publicidad es siempre humillante, se hacen los pendejos y le ponen a dar vuelta para pagar, menoscabando la dignidad y el orgullo de ser alguien.
Señor DGII, ese 18% que ustedes cobran a la publicidad en todo el país está sacando del medio a todos los comunicadores de los pueblos pequeños, pero sabemos en grande el mal uso que le da el gobierno al dinero de los impuestos que le cobran a la gente, pero eso es la realidad aceptada por el pueblo.
Señor DGII le presentó una radiografía íntima de la realidad económica de mi programa La Ventana de Manolo TV, con 24 años en el aire, como los poetas, creando castillos en el cielo, viviéndolo como un loco y pagando la renta de mi castillo a impuestos internos. Ya estoy cansado de mantener mi programa a fuerza de intercambio por especie, o servicio o un artículo de una tienda o ferretería.
Le cuento que por mi edad visitó al urólogo tres veces al año y no me cobra diferencia, si el me da publicidad en mi programa, lo justo y moral es que también yo le baje el costo.
Como me gustaría que de los tres tactos rectales que realiza mi doctor impuestos internos me reciba junto al 18% de impuestos una sola metida del suave dedo de mi urologo para que sea aplicado al director o al presidente, que también tiene próstata o sean repartidos a parte del plan social a los pobres que se sienten con el derecho que los gobiernos tienen que darle algo en navidad, es más noble un dedo, que una patada en el trasero. A esos desgraciados sin consciencia, señor DGII como ustedes no saben realmente cuánto recibo mensual tengo que ser honesto como un ciudadano ejemplar como son los congresistas de República Dominicana, por último le confieso que tengo intercambio publicitario con mi cardiólogo, con mi gastro, con mi ortopeda, con mi coloproctólogo y hasta con una tienda de paca con trajes de hombres que no murieron de Covid.
Atentamente,
Manolo Bonilla
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