Cuando hay muchos hombres sin decoro hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. (…). En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana.
José Martí.
Pedro Henríquez Ureña es, al decir de Martí, de esos hombres que llevan en sí el decoro de muchos hombres. Firme a sus convicciones supo sobrellevar vicisitudes, agresiones e incomprensiones de muchos de sus contemporáneos. No por ello cejó en su empeño de mostrar otra forma de pensar, de exponer sus posiciones críticas ante el inmovilismo de una academia, de un escolasticismo heredado de la metrópoli por sus antiguas colonias: Ante “El eclipse de Europa”, según sus propias palabras, PHU plantea que se pierde la “brújula ajena” y la única esperanza está en “aprender a pensar las cosas desde la raíz”. Este empeño no tuvo contemporáneos que los sostuvieran y muchos intelectuales se mantuvieron “filosofando” con la mirada puesta en otros lares sin una conexión con el contexto nacional.
La filosofía la inventaron los griegos, eso es cierto; es historia, pero eso no es absoluto; se puede decir también que los griegos inventaron cómo filosofar; porque la filosofía como ciencia cambia con cada época y con cada generación, con cada individuo, pues como ciencia especulativa siempre pone al pensador, al filósofo en el camino o en la encrucijada del camino de la búsqueda de su verdad, de la verdad aceptada por terceros o solo de “la verdad”, no importa cualquiera que esta sea. O quizás también, busca los elementos propios de la convivencia y trata de aplicarlos de manera práctica en circunstancias concretas.
Los jóvenes confrontan a los mayores, causando conflictos y caos en la familia, en la sociedad y en los centros de educación. Son los casos concretos de una de las Leyes de la filosofía “Negación de la Negación”, lo nuevo niega a lo viejo, pero es una negación dialéctica, no siempre se renuncia a todo lo viejo, se toma lo mejor de lo viejo y se adapta, se relanza, aunque las generaciones anteriores no lo vean así, es el desarrollo en espiral, es la acumulación de cambios cuantitativos hasta lograr un cambio que cualitativamente dé una posición superior. Se debe sacar a la filosofía de los libros del desván, de los vetustos edificios que “atesoran el saber” y aplicar los conocimientos, sean estos del tipo que sean, a la realidad. Como ciencia la filosofía no debe tomar el “ser” (ese yo interno de cada quien) como el camino único del pensamiento y habrá que actuar de manera más contundente sobre la solución de elementos puntuales, y concretos de la sociedad.
No se puede perder, no se puede extraviar en el tiempo a los grandes pensadores, volver a cada uno de ellos en momentos claves permite rescatar su impronta, permite que sus ideas, su clarividencia, marquen con luz la ruta, tal es el caso de la obra de PHU, si no se retoma, si no se le analiza desde el punto de vista crítico, será ya algo irrecuperable. Las circunstancias hay que aquietarlas para que se pueda disfrutar del pensamiento, pero de no ser así, hay que acelerar a la filosofía para utilizarla en la realidad material.Es como de manera magistral en su obra El Hombre mediocre expresa Jose Ingenieros, el gran intelectual argentino,
…Cuando pones la proa visionaria hacia una estrella y tiendes el ala hacia tal excelsitud inasible, afanoso de perfección y rebelde a la mediocridad, llevas en tí el resorte misterioso de un Ideal. Es cáliz sagrado, capaz de templarte para grandes acciones. Si ella muere en tí, quedas inerte, fría bazofia humana. (Ingenieros, 1913)
PHU en su anchura como pensador se yergue como un hombre que rompe con el escolasticismo presente en América Latina y en su propio país, pero no solo plantea su posición radical, sino que la sostiene, la defiende, convierte en trinchera cualquier espacio donde pueda esgrimir y defender sus ideas. Analizar desde el punto de vista ético la vida de este hombre, es una mirada a unejemplo de estoicismo de compromiso con su accionar. Traer al presente este modelo de pensador como punto de reflexión para las nuevas generaciones es un reto de cada educador, de cada filósofo, de cada hombre de ciencia, pero el reto es mayor cuando se trata de “potabilizar” la filosofía y llevarla aun lenguaje llano que permita un interactuar con los insipientes intelectuales que representael alumnado y es la lectura la vía más expedita para lograrlo.
PHU es el fiel representante del nuevo pensamiento crítico de la América Latina, es heredero de las posiciones de grandes pensadores como, Félix Varela y José Martí (ambos cubanos).
Existen ejemplos muy loables, donde se busca “popularizar” la filosofía y convertirla en una ciencia práctica, que permita a “sencillos mortales” valerse de ella para enfrentar la vida, expresar sus sentimientos, puntos de vista y/o posiciones filosóficas de los más avezados, tal es el caso de “El mundo de Sofía” Jostein Gaarder (1991).
Es importante desmitificar la enseñanza de la filosofía, hay que invitar a contextualizar las tendencias filosóficas y encontrar asideros culturales que permitan entronizar los conceptos filosóficos generalmente aceptados, mostrar como “la reflexión y la libertad de saber elegir también forman parte de los placeres naturales y necesarios que conducen a una vida feliz” (Merejo, Conversaciones en el lago, 2005). Este texto del Dr. Merejo es también un aporte a la ardua tarea de desmitificar los temas filosóficos, en un lenguaje sencillo y con un acercamiento a la dominicanidad de su autor,invitan a adentrarse a incursionar en la filosofía como una forma de redención individual, de que el intelectual dominicano sienta la necesidad de incursionar en este terreno sin resquemores o complejos de no pertenecer a una nación con “una intelectualidad con una cultura a lo europeo”, sin grandes pensadores, hay que erradicar esos paradigmas, hay que arriesgarse, es simple: hay que filosofar.
Bibliografía
Gaarder, J. (1991). El mundo de sofia. Oslo, Noruega.
Ingenieros, J. (1913). El hombre Mediocre. Madrid.
Marti, J. (1972). La Edada de oro. La Habana: Gente Nueva.
Merejo, A. (2005). Conversaciones en el lago. Santo Domingo: Buho.
Merejo, A. (s.f.). La filosofia de Spinoza en el discuros de Pedro Herriquez Ureña. En A. Merejo, Etica y pasiones literarias.