Los Sindicatos son instrumentos de lucha de clase que organizan los propios trabajadores/as para la defensa de sus intereses y luchar por sus reivindicaciones permanentes y coyunturales.
En la historia del sindicalismo han surgido distintas corrientes ideológicas que sostienen posturas distintas en cuanto al rol de los sindicatos.
Dentro de esas corrientes está el sindicalismo clasista; el cual se orienta por 4 principios fundamentales, los cuales son:
- Lucha consecuente por los intereses de la clase trabajadora
- Unidad Sindical
- Democracia y disciplina consciente
- Independencia política de clase
El primer principio se refiere a la propia naturaleza y finalidad de la organización sindical de representar y defender los derechos e intereses de sus afiliados/as.
En este sentido el sindicalismo clasista no solo abarca demandas económicas si no que comprende que los sindicatos deben también asumir luchas sociales y políticas de los trabajadores/as y la sociedad.
2- La unidad sindical consiste en que el sindicato debe reunir en su seno a la totalidad de los trabajadores/as, por lo que todos los miembros pueden organizarse con la sola condición de que acepten sus estatutos y las banderas programáticas de la entidad laboral; teniendo cada sindicato sus propias normas y manera de afiliación; por ejemplo: en el caso de la ADP la afiliación se produce de manera automática con solo entrar al sistema educativo y que descuenten la cuota establecida e incluye a quienes no han ingresado al sistema y son profesionales de la educación, para ello establece un mecanismo en sus estatutos.
3- El tercer principio del sindicalismo de clase es el que hace referencia a la democracia interna y la disciplina consciente; significa que un sindicato democrático entiende que todos los trabajadores/as tienen iguales derechos y obligaciones, todos/as gozan del derecho a elegir y ser elegidos, a exponer libremente sus opiniones en los eventos que convoca la institución (Asambleas, Plenos, Reuniones, otros), a ser defendidos por el sindicato y al mismo tiempo aceptar y aplicar las decisiones tomadas democráticamente, este es el centralismo democrático en el terreno sindical, el respeto de la minoría a la mayoría y el reconocimiento de la mayoría a la minoría.
De igual manera los dirigentes están obligados a consultar a la membresía a través de los mecanismos correspondientes y respetar los resultados de esa consulta. Se considera que en el Plano Sindical no es permitido dejar a los dirigentes actuar por su cuenta, sin consultar a la membresía. La democracia interna también implica que las reivindicaciones obtenidas deben beneficiar a todos/as. Estos derechos y obligaciones deben estar unidos a la disciplina consciente de la masa sindical, ya que todos los miembros deben ser partícipes de la lucha, ningún miembro debe ser indiferente e inactivo. La lucha es obligatoria para los dirigentes y para las masas, para ello es necesario la disciplina consciente. Sin disciplina el sindicato se destruye y pierde su fuerza. Esa disciplina consciente nace del convencimiento de que la organización sindical persigue fines clasistas y de que no hay éxitos sin luchas, con el acatamiento de sus decisiones y la integración de todos/as.
4- El cuarto principio es uno de los más debatidos; pues hay quienes plantean el apoliticismo y la neutralidad de los trabajadores/as y otros consideran que los sindicatos deben ser instrumentos al servicio de grupos y de partidos.
El sindicalismo de clase plantea el concepto de la independencia política de clase de los sindicatos, que parte de la premisa de que toda lucha de intereses de clase es una lucha política, que no se reduce ni se refiere a la instrumentalización partidaria ni considera a los sindicatos como partidos, lo que no niega el sindicalismo clasista es el derecho humano y particular de los trabajadores/as a militar en entidades políticas teniendo claridad en que el sindicato debe representar los intereses de todos como clase para la lucha consciente ante los patronos y el Estado, sin importar en qué organización política militen.
Dentro de los desafíos que tiene el Magisterio Nacional está en tener suficiente claridad de hacia dónde debe ir la ADP en cuanto a su filosofía sindical, para poder desterrar el anarcosindicalismo y el amarillismo, dos deviaciones que han estado presentes y retomar el carácter que le dio origen: el sindicalismo de clase.
El autor es miembro CEN
Presidente ADP – SFM