Por Johanna Portorreal (Psicóloga)
La violencia se define como la acción de dañarse a uno mismo o una persona, grupo o comunidad, cuyo resultado afecte psicológica, física y sexual a las personas.
Según la ONU la violencia de género implica la amenaza, coacción o privación arbitraria de libertad tanto en la vida pública como privada de una persona, es un acto de poder que minimiza a las mujeres. Por ende, es una clara manifestación de desigualdad. Las mujeres y las niñas sufren violencia como herencia del machismo que aun en la actualidad se continúa trabajando a través de campañas psicoeducativas para su erradicación.
Entre las conductas de alerta que naturalizan la violencia de género observamos el comentar o bromear acerca de la vida privada de las personas, decir chistes irrespetuosos, emitir estereotipos hacia las mujeres “las mujeres son irracionales, es trabajo de la mujer cuidar a sus hijos”.
La insistencia de controlar cómo se maneja el dinero del hogar forzando a dar cuenta del dinero que se maneja, reteniéndole el dinero, decidir sin consultar quién hace qué cosas en términos de cuidados en el hogar. Ser posesivo (a) y en exceso celoso, acecho, hacer insinuaciones o gestos marcados de tipos sexual indeseado, contacto físico indeseado, realizar o expresar acción en contra de personas con discapacidad, niños (a), por su etnia y religión.
Dentro de la violencia de género se presentan varios factores entre los cuales se encuentran los patrimoniales, psicológicos, físicos y sexuales.
Patrimonial: Se define como toda acción u omisión que implique un daño, pérdida, sustracción, destrucción o retención en los objetos, documentos personales, bienes o valores de una persona. Implica la pérdida de la casa, habitación o vivienda, enseres y / o equipamiento doméstico, tierra u otros bienes, muebles e inmuebles, así como los efectos personales de la afectada, sus hijas e hijos. Incluye también la negación a cubrir cuotas alimenticias para hijos e hijas y gastos básicos para la sobrevivencia del núcleo familiar.
Psicológica: Una vez se incorpora la naturalización de los derechos de superioridad en el imaginario masculino, surge una especie de “lealtad” a los patrones de pensamiento que posteriormente detonan las conductas violentas hacia las mujeres. Estas conductas son con frecuencia de carácter psicológico, y de ahí surge el concepto de violencia psicológica. Este tipo de violencia adopta distintas manifestaciones que han sido a la vez, agrupadas en distintos subtipos de violencia psicológica: abuso verbal, violencia emocional, amenazas no físicas, amenazas físicas.
Física: Consiste en usar la fuerza física o la coerción por encima de sus derechos contra las víctimas para lograr que esta haga algo que no quiere, o deje de hacer lo que desea. La violencia física va desde arañazos y empujones leves hasta el asesinato o feminicidio ya que sucede dentro de un ciclo donde las manifestaciones son cada vez más frecuentes y violentas. Su generalización en todos los niveles, se debe al hecho de que las costumbres, normas sociales y en alguna forma la ley, toleran y la legitiman y ofrecen poco o ningún apoyo a sus víctimas.
Sexual: Violencia sexual es cualquier intimidad sexual forzada por parte de la pareja, ya sea con amenazas, intimidación, coacción o por llevarse a cabo en estado de inconsciencia o indefensión de la mujer. Incluye todo tipo de conducta de carácter sexual.
Denunciar nos garantiza los siguientes logros, desnaturalizar la violencia, obtener registro de casos de violencia, identificación de un agresor, ubicar instituciones de apoyo en situación de violencia.
Para prevenir la violencia de género es importante tomar en cuenta estos aspectos; fomentar la educación en valores y para la paz, clarificar aspectos culturales, religiosos y sociales, identificar patrones familiares de violencia, conocer y denunciar las diversas formas de violencia de género, buscar atención terapéutica individual y familiar.
La autora del presente artículo es psicóloga educativa, egresada de la Universidad Abierta para Adultos (UAPA), maestrante de término en Terapia Familiar (Uapa), labora en la Asociación Dominicana de Rehabilitación Filial Nagua. Como electrónico annyeportorreal1987@hotmail.com. Es miembro del Colegio Dominicano de Psicólogos, Regional Nordeste (CODOPSI).
El presente artículo y todo su contenido es propiedad de sus autores. Las publicaciones de los artículos de los psicólogos, corresponden al acuerdo con el periódico El Jaya y el CODOPSI, desde el área de Divulgación científica, para psicoeducar a la población en general.