Este 30 de mayo, se cumplen 61 años del ajusticiamiento del sátrapa Rafael Leónidas Trujillo Molina, en el año 1961. Luego de consumarse el hecho, empezó la persecución de los complotados. Inmediatamente comenzó un proceso de democratización y pluralismo político, que desembocaron en la realización de las primeras elecciones libres en octubre de 1962, las cuáles fueron ganadas por el profesor Juan Bosch, candidato presidencial por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
El gobierno de Bosch ejecutó un programa con medidas liberales y democráticas, pero los conservadores lo sacaron del poder mediante un golpe de estado en septiembre de 1963. Se impuso un gobierno de facto conocido como el triunvirato ( tres personas) que siguió la misma política de represión e intolerancia. En el año 1965, el pueblo Dominicano se lanzó a las calles a exigir la vuelta al gobierno democráticamente elegido de Bosch y la Constitución progresista de 1963, lucha que hubiera triunfado de no ser por la grosera y maldita intervención militar norteamericana.
Después de esta, los gobiernos que han venido, en su mayoría han continuado reproduciendo el estilo Trujillista de gobernar, aunque con matices ligeramente distintos y contextos diferentes, una nueva y actualizada forma de Trujillismo llamada Neotrujilismo, hermana gemela del Neobalaguerismo.
En la actualidad, al analizar la forma en la que los últimos gobiernos, incluyendo el actual, se han manejado, no hay que ser un experto para darse cuenta de que el Neotrujilismo es lo que sigue orientando a la polítiqueria tradicional. Por ejemplo, los constantes atropellos y reprimendas de la policía Nacional en contra de la población, el uso de fondos del estado para hacer campaña antes de tiempo con fines reeleccionistas, los apagones, la,inseguridad ciudadana, el nepotismo, así como un proyecto de ley autoría de una legisladora perremeista, que ha sido denunciado por diversas organizaciones de profesionales del derecho y la comunicación, ya que lo que busca es censurar a la prensa, entre otros aspectos.
Con todo lo anterior, se puede agregar como ejemplo casos históricos de desapariciones que merecen justicia y no la han recibido, como el del profesor Narciso Gonzáles «Narcizazo», que fue desaparecido durante el balaguerato por querer expresar su opinión. Todo esto nos deja ver que vivimos bajo una falsa democracia que sólo se traduce en bienestar para unos pocos y miseria para las mayorías, lo que es propio del sistema capitalista-neoliberal salvaje, que se traga los derechos humanos más fundamentales. Esta realidad, nos dice que el espíritu trujillista y balaguerista sigue orientando la politiquería tradicional y el gobierno del PRM no es la excepción.
Lo que se necesita es una transformación profunda de todo el sistema social, político y económico imperante en nuestra quisqueya, que produzca las transformaciones necesarias que Amerita el glorioso y combativo pueblo Dominicano.
PD: Quien suscribe es Dirigente del Movimiento Patria Para Todo@s y profesor de Ciencias Sociales.