Para la mayoría de nosotros la reacción a las picadas es simplemente una molestia pasajera, pero en numerosos niños menores de cinco años se desarrolla una reacción alérgica prolongada que se constituye en una verdadera tortura que repercute en todo el entorno familiar.
Nos referimos al denominado PRURIGO SIMPLE O ESTRÓFULO en el que surgen unas «pelotitas con una agüita» – pápulas coronadas por una microvesiculita- acompañadas de un prurito feroz, constante e insoportable. Aquí no valen ruegos para que el niño no se rasque, pues lo hace sin control, día y noche, hasta que se saca sangre.
Los sitios más afectados son la cara anterior de las PIERNAS, el dorso de los miembros superiores especialmente los antebrazos, y muchas veces la dermatitis se va diseminando o se infecta posteriormente, por lo que veremos incontables excoriaciones infectadas. El pacientito se torna irritable intranquilo, no duerme, ni la familia tampoco…
Esta reacción exagerada de la piel es más común en los niños que vienen del exterior a pasar vacaciones con nosotros, por eso es llamada también PRURIGO DE LLEGADA. Es un largo período de adaptación en el que los pacientitos han de ir creando en su interior los mecanismos adecuados para que esta reacción de hipersensibilidad vaya amortiguandose.
También las picaduras de MAYES, JEJENES, HORMIGAS, pueden desencadenar el mismo cuadro clínico, siendo humanamente imposible controlar o modificar nuestro medio ambiente, cargado además de mucho calor y humedad.
Hay que advertir además que si los pacientes sufren de asma bronquial, de eccema atópico, de rinitis o de comezón en los ojos, el Prurigo probablemente será más intenso.
¿Qué medidas podríamos tomar para prevenir, o por lo menos atenuar los síntomas?
1- Uso de ropas largas; es mucha la protección que se logra usando pantalones y medias largas. Precaución esta difícil de adoptar por el deseo de disfrutar libremente de la naturaleza.
2- Recorte y limado de las uñas; esto es imprescindible ya que estas son diez navajitas filosas que excorian constantemente la piel, lo que permite la entrada de bacterias.
3- Uso frecuente de lociones que contienen calamina, oxido de Zinc, ect, y que se venden libremente y están disponibles en todas las farmacias.
4- Uno o dos baños concienzudos al día, con jabones de castilla o de avena; junto al uso de ropas limpias.
5- Uso sistemático de repelentes para insectos ; los que contienen DEET están entre los más efectivos.
6- Consultar al pediatra o al dermatólogo quien podrá recomendar medidas adicionales.