El inicio de la Cuaresma, el más fuerte entre los 5 Tiempos Litúrgicos de la Iglesia Católica, está marcado por la Imposición de las Cenizas, el miércoles que coincide con los 40 días previos al Domingo de Ramos; éste, a su vez, abre la celebración de la Semana Santa.
La ceniza que se aplica en la frente de los cristianos, se obtiene al quemar las palmas utilizadas durante la procesión del Domingo de Ramos del año anterior. Preparadas las cenizas, durante la celebración del Miércoles de Cenizas, una vez dicha la oración de bendición, es mezclada con agua bendita.
La oración que recita en voz alta el ministro que preside, dice: “Oh Dios, que te dejas vencer por el que se humilla y encuentras agrado en quien expía sus pecados; escucha benignamente nuestras súplicas y derrama la gracia de tu bendición sobre estos siervos tuyos que van a recibir la ceniza, para que, fieles a las prácticas cuaresmales, puedan llegar, con el corazón limpio, a la celebración del misterio pascual de tu Hijo”.
La práctica de utilizar la ceniza como rito penitencial es una herencia que la Iglesia Católica asume del judaísmo: el rey David (siglo X a.C.) para pedir perdón a Dios, después de su infidelidad, en señal de humillación “hizo un ayuno riguroso y entrando en casa, pasaba la noche acostado sobre ceniza” (2Sa 12,16); cuando Jonás (siglo VIII a.C.) inició su misión llamando a la conversión a los ninivitas, el rey de Nínive, la utilizó: “La palabra llegó hasta el rey de Nínive, que se levantó de su trono, se quitó su manto, se cubrió de sayal y se sentó en la ceniza” (Jon 3,6) y Mardoqueo, primo de la reina Ester (siglo V a.C.), hizo el mismo gesto para pedir perdón: “Cuando Mardoqueo supo lo que pasaba, se rasgó sus vestidos, se vistió de sayal y ceniza y salió por la ciudad lanzando grandes gemidos” (Ester 4,1).
El primer significado que tiene la ceniza en la Biblia se refiere al origen del cuerpo humano. Abrahán se reconoce, hablando con Dios, como “polvo y ceniza” (Gn 18,27); de aquí que, la primera la primera fórmula para colocar la ceniza es: “Recuerda que del polvo eres y al polvo volverás”; la segunda fórmula, que responde a los textos bíblicos anteriores, es el llamado a la conversión: “Conviértete y cree en el Evangelio”.
En el cristianismo, la Cuaresma es un período de ascesis y de búsqueda de Dios, en el cual, con diferentes ritos (ceniza, viacrucis, penitencias, ayunos, etc.), el cristiano busca practicar obras buenas. Poner disciplina a aquellas acciones y actitudes que podrían conducirnos al pecado, nos permite mejorar la relación con Dios y con los hermanos.